A estas alturas queda más que claro que el delicado estado de salud de Kate Middleton (42 años) no solo ha afectado a los miembros inmediatos de la Casa Real británica, sino también a personas cercanas o conocidos. Un claro ejemplo es Rose Hanbury. No es la primera vez que el nombre de la marquesa de Cholmondeley salta a la palestra. Su identidad quedó destapada hace algunos años cuando se rumoreó que el heredero al trono habría sido infiel a la princesa de Gales con la joven.
Unas especulaciones que volvía a avivarse hace unos meses cuando Kate aparecía en una imagen sin alianza de casada. Tanto entonces como este año, se desmintió dicha infidelidad, pero los rumores han seguido aportando cada vez más detalles sobre esta supuesta relación. No obstante, a parte de los dos protagonistas y Kate Middleton, hay una tercera persona de la que nadie habla y que juega un papel clave en esta historia: David Rocksavage, séptimo marqués de Cholmondeley y el marido de Rose.
¿Quién es David Rocksavage, marido de Rose Hanbury?
23 años mayor que ella, David Rocksavage tiene un legado familiar difícil de igualar. Es descendiente de Sir Robert Walpole, el primer ciudadano recibir el cargo de Primer Ministro de Reino Unido. Por otro lado, entre sus antecedentes, se encuentran miembros de Rohschild y la Sassoon, dos de los linajes familiares más ricos e influyentes del mundo.
Tanto es así que el marqués tiene un patrimonio de 131 millones de euros, a los que se suman la propiedad de varios palacios, castillos y fincas. El más conocido es el Palacio de Houghton Hall, en Norfolk. David y Rose se conocieron en 2003 durante unas vacaciones en Italia.
Ella tenía 19 años y él 42, una diferencia que podría haber supuesto un obstáculo, pero que en su caso no tuvo ninguna importancia. Seis años más tarde se daba el 'sí quiero' y varios meses después nacieron sus hijos, los gemelos Alexander Hugh y Oliver Timothy. Su familia quedó completa en 2016 con el nacimiento de Iris Marina Aline.
La intrahistoria de la supuesta infidelidad entre Rose Hanbury y el príncipe Guillermo
Los rumores de una relación entre Rose Hanbury y el príncipe Guillermo surgieron hace ya un tiempo. Para entenderlo, hay que analizar todas las circunstancias. Para comenzar, hay que recordar que Rose y Kate eran consideradas grandes amigas. Ambas compartían intereses, hacían planes juntas y llegaron a confiar la una en la otra. Sin embargo, en 2019, las amigas habrían sufrido una disputa. Un enfado que habría llevado a la princesa de Gales a pedir a su marido a distanciarse de Rose. Aunque 'The Daily Mail' desmintió que esta pelea fuera real, los rumores empezaron.
A esto se sumo otro aspecto: dos imágenes que hicieron saltar las alarmas. Una fue tomada durante el día de San Valentín de hace varios años, jornada en la que se vio al heredero al trono cenando con la examiga de su esposa. La otra imagen se captó durante una fiesta privada, en la que se ve al príncipe y la marquesa bailando muy cómplices.
A pesar del escándalo que esto suponía, de un día para otro, todos los medios hicieron desaparecer la noticia e imágenes referentes a esas veladas. Un movimiento que llevó a los ciudadanos preguntarse si se habría emitido algún tipo de orden desde palacio. Y, por si fuera poco, el príncipe Guillermo emitió un comunicado, algo muy poco habitual en la Corona británica que siempre opta por no reaccionar a nada.
La alerta de la prensa británica sobre Rose Hanbury
Cuando parecía que estos rumores volvían a acallarse, el nombre de Rose volvía a mencionarse. La supuesta amante del heredero volvía al centro del foco mediática por una alerta lanzada por varios medios británicos. Todo comenzaba a partir del encuentro entre la marquesa de Cholmondeley y la reina Camila en la clausura de las Badminton Horse Trials.
Allí, reina y marquesa intercambiaron varias palabras y se mostraron muy cómplices. Una actitud que hizo que varias publicaciones británicas empezaran a sospechar que la conducta de Rose escondía una estrategia mucho más elaborada.
El portal 'The List' era quien planteaba esta posibilidad, enumerando todas las veces que Hanbury ha acudido a eventos vinculados a la Casa Real británica. Su constante presencia pretendería eclipsar la ausencia de Kate siendo cada vez más visible en los círculos royals. Los mismos de los que, supuestamente, la princesa de Gales la habría expulsado.