Desde que entró a formar parte de la familia real de Mónaco, a Charlene (45 años) no le ha resultado nada fácil su papel de princesa. Su cambio de vida dejando a un lado pasiones como la natación, sus lágrimas el día de su boda con Alberto, sus apariciones seria y afectada, el contratiempo de salud que sufrió hace un año, la tensa relación que mantendría con algunos miembros de la familia… Todo esto ha hecho que Charlene pase momentos de lo más complicados. Instantes en los que se ha refugiado siempre en su familia. Porque aunque públicamente apenas tienen relevancia, sus padres y sus hermanos Gareth y Sean son fundamentales para ella porque forman su núcleo duro.
Gareth, el hermano de Charlene que le protege a la sombra
Charlene de Mónaco tiene en su hermano Gareth Wittstock a uno de sus grandes apoyos. De hecho, cuando Charlene se trasladó a vivir a Mónaco y al ver lo complicado que resultaba para ella estar allí, él tomó una decisión con la que tuvo una clara muestra de amor hacia ella. Cogió las maletas y se mudó al Principado para estar cerca de su hermana y apoyarla siempre que lo necesitara.
De hecho, desde hace un año Gareth ya es ciudadano de pleno derecho allí, donde además ha conseguido formar una familia junto a su mujer Roisin y sus dos hijos. Incluso lo han apodado ‘el conde de Mónaco’ debido a la popularidad que ha llegado a ganar. Además, aunque intenta permanecer en un segundo plano, en más de una ocasión ha hecho apariciones públicas junto a los Grimaldi y en las que ha posado junto a su hermana Charlene. Y durante el retiro de ella por su contratiempo de salud, él llegó a acudir a algún evento junto a su cuñado Alberto de Mónaco y a sus mellizos Jacques y Gabriella para representarla.
Gareth Wittstock (izda.) junto a los Grimaldi.
A ella también le echa una mano a nivel laboral. Gareth Wittstock es el secretario general de la Fundación Princesa Charlene. Un puesto desde el que se encarga de gestionar e incluso de tomar decisiones que son súper importantes para su hermana ya que este es un proyecto muy especial para ella.
Los padres de Charlene de Mónaco, su gran pilar
Los que siguieron los pasos de Gareth fueron sus padres. Aunque el hermano de Charlene se mudó hace años al Principado, sus progenitores no lo hicieron hasta hace unos meses. Fue a comienzos de año cuando Michael K. Wittstock y Lynette Humberstone habrían tomado la decisión de dejar Sudáfrica para instalarse en La Turbie, una localidad francesa muy cercana al lugar de residencia de la princesa. Lo habrían hecho con la máxima discreción puesto que es algo que nunca han llegado a confirmar desde el Principado y ellos no han hecho ninguna aparición pública.
Charlene junto a su padre el día de su boda.
Porque si algo caracteriza a los padres de Charlene es que en ningún momento han tenido la intención de ganar popularidad con el cargo de su hija. Pero siempre han estado ahí para ella en la intimidad. Han viajado continuamente a Mónaco para arroparla, durante el año que Charlene estuvo retirada fueron su principal pilar y siempre han sido un ejemplo para ella. De hecho, la pasión por la natación Charlene la vivió con su madre puesto que ella es buceadora profesional e instructora de natación. En el caso de su padre, tras ejercer de directivo de ventas, ha estado focalizado en la cría de caballos de carrera. Algo que podría haber dejado a un lado con su mudanza.
Sean, el hermano pequeño de Charlene de Mónaco que da la cara por ella
Pero si hay alguien discreto en la familia de Charlene de Mónaco ese es su hermano Sean. El pequeño de la familia vive junto a su mujer y sus hijos en Johannesburgo e intenta mantenerse alejado de la vida pública en la medida de lo posible. Pero cuando se ha tratado de defender a su hermana públicamente, no lo ha dudado. En alguna ocasión ha alzado la voz para sacar la cara por ella, demostrando que están súper unidos y que pese a que viven lejos el uno del otro, le apoya desde la distancia.