Mirada serena, sosegada y feliz. Federico de Dinamarca transmite todo esto al que contempla su primer retrato oficial como rey de los daneses tras la abdicación de su madre, la reina Margarita.
La casa real de Dinamarca ha compartido el primer retrato de Federico X y este traslada la felicidad del día a la instantánea. Sonríe satisfecho y calmado; orgulloso de haberse convertido en el nuevo rey de los daneses, los mismos que le han recibido en el palacio de Christianborg entre vítores. Copenhague se ha volcado con la proclamación del hijo de Margarita y con la despedida de esta, que ha pasado más de 50 años en el trono.
Federico quiere ser "el rey del futuro" y aportar una nueva visión a la institución, algo que queda reflejado en el semblante de su foto oficial. Menos rectitud y una imagen más cercana, como claves de lo que será su reinado.
La otra clave importante de su foto oficial es su puño cerrado. Federico de Dinamarca cierra su mano derecha, con firmeza pero sin apretar. No denota violencia sino poder. Muestra el dedo pulgar, lo que denota del rey que es una persona extrovertida, dominante, que trabaja duro y que busca el éxito.
El nuevo emblema de la casa del rey
Dinamarca se despide de la tradicional M historiada, propia del reinado de Margarita, y que ha servido para representar su despedida, usándola como M inicial de un 'merci' que le daba las gracias por 52 años al servicio de los daneses; para dar la bienvenida a la F y a la X.
El nuevo emblema de la casa del rey representa la inicial 'coronada' del nuevo monarca, Federico, y, además, hace un guiño a la X, ya que el marido de Mary Donaldson es el décimo rey danés con este nombre. Se trata de un nuevo estandarte bastante más sencillo del que estábamos acostumbrados y que ahora pasará a ocupar toda la imaginería e imagen corporativa de la casa real.
Una proclamación muy emotiva
Las lágrimas y la emoción han estado presentes desde los primeros instantes de la proclamación. La reina Margarita ha llorado al firmar sus últimos papeles oficiales como reina momentos antes de abdicar a favor de su hijo de mayor edad. Se sentía triste por el fin de una era, pero también embargada por el cariño que el pueblo danés le ha regalado desde que salió de palacio a comienzo de la jornada.
Pero, sin duda, han sido las lágrimas de Federico las que han protagonizado el momentazo de la proclamación. Al escuchar a todos los asistentes vitorarle, al nuevo rey se le han escurrido unas lágrimas por el rostro cuando ha salido a saludar desde el palacio de Christianborg.
Madre e hijo cerrando y abriendo etapas, entre el miedo, la alegría y el cariño. Empieza, ahora sí, el reinado de Federico X.