Desde su mudanza a Miami, Magdalena de Suecia vive una vida más alejada de los compromisos oficiales, pero hay ocasiones a las que la hija menor de los reyes Carlos Gustazo y Silvia no quiere faltar.
Y así ha sido en Nueva York, con motivo de la gala Thank You que cada año celebra la World Childhood Foundation, de la que la propia princesa es vicepresidenta y que fue creada por su madre hace ahora 20 años. La organización tiene como objetivo recaudar fondos para asociaciones benéficas de todo el mundo dedicadas a la infancia.
Madre e hija asistieron a esta bonita cita presidida por la propia princesa, por lo que no desaprovecharon la oportunidad para vivirla juntas y dar las gracias personalmente a algunos de los grandes patrocinadores.
Durante el acto, y como ya es tradición, se realiza una pequeña subasta de objetos entre los que este año destacaron unos pendientes de la propia Magdalena, un diseño que llevó en una gala de los Polar Prize de la firma Ebra Brahe, una de sus marcas de joyería favoritas. Con este gesto, la princesa quiso aportar su granito de arena a la causa, siendo una vez más un gran ejemplo para todos los asistentes.
Para esta noche tan especial, la reina y su hija menor escogieron dos espectaculares looks. La monarca optó por estrenar un favorecedor vestido blanco fruncido a un lado y con apliques en un lateral de la cintura, un diseño que resaltaba su esbelta figura. Entre las joyas escogidas para la ocasión, a juego con la pedrería de su traje, Silvia destacó unos pendientes pegados que resultaron el toque perfecto para una aparición tan elegante como encantadora.
Por su parte, Magdalena rescató de su vestidor una prensa muy icónica: un vestido vaporoso en tonos azul cielo, con apliques metálicos en el pecho y los hombros, y parte de la espalda descubierta. El estilismo lo firma Temperly London, una de las marcas favoritas de otras royals como Kate Middleton. En cuanto a sus complementos, la princesa también acertó en la elección de unos llamativos pendientes de piedras azules con los que no le hizo falta ningún atuendo más. Eso sí, la benjamina de la casa real sueca no se olvidó de llevar la pulsera solidaria de la fundación Childhood.
Dos auténticos vestidos de cuentos de hadas que sin duda hicieron resaltar la belleza de las dos royals. Sin embargo, la veterana destacó sobre su hija, quizá por aparecer con este espectacular atuendo cuando su pequeña iba a presidir la gala. Silvia fue la sensación de la noche, y eso que resulta complicado eclipsar a su hija, reconocida como una de las princesas más bellas de su generación.