Sandringham, la espectacular casa de campo donde la familia real británica se refugia tras los diagnósticos de cáncer

La familia real británica ha decidido trasladarse a Sandringham en sus vacaciones de Semana Santa para descansar y recuperarse tras confirmarse los diagnósticos de cáncer del rey Carlos III y Kate Middleton

Jara Bravo

Redactora digital de Lecturas

Actualizado a 25 de marzo de 2024, 19:31

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Desde el pasado mes de enero la Casa Real británica se está enfrentando a uno de sus peores momentos. A principios de año se dio a conocer el cáncer que iba a mantener alejado del foco mediático al rey Carlos III (75 años). Hace tan solo unos días fue la propia Kate Middleton (42 años) la que confirmó en un vídeo que también padecía cáncer y que incluso se estaba sometiendo ya a un tratamiento de quimioterapia preventiva.

El esposo de la reina Camilla lleva meses también con su tratamiento. Para poder descansar y tener una pronta recuperación, el monarca inglés ha decidido refugiarse en su vivienda en Sandringham, una espectacular casa de campo que la familia real británica posee en el estado de Norfolk. De hecho, en Semana Santa también va a disfrutar de unos días de descanso en esta lujosa residencia que ha sido el escenario de algunos momentos muy destacados para los Windsor.

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Sin ir más lejos, en este lugar se celebró el bautizo de la pequeña Charlotte, la hija mediana de los Príncipes de Gales. También fue el lugar donde perdió la vida el rey Jorge VI, el padre de la reina Isabel II. También tuvo lugar la famosa ‘cumbre de Sandringham’, aquella en la que el príncipe Harry decidió pactar su salida de la Casa Real británica. Por tanto, luces y sombras para un lugar con mucha historia. En cualquier caso, en la web del lugar se lee lo siguiente: “Sandringham sigue siendo el refugio rural privado de sus majestades el Rey Carlos III y la reina Camilla”.

Además, adquiere especial relevancia el hecho de que el príncipe Guillermo y su esposa también hayan decidido desconectar unos días en estas vacaciones, aprovechando la ausencia de clases escolares de sus tres hijos. Ellos lo harán a Anmer Hall, una mansión de estilo georgiano que se encuentra a escasos cinco minutos de distancia de Sandringham. Por el momento se desconoce la fecha en que regresarán a Londres tras desconectar y disfrutar de la compañía de sus familiares, en medio de todo el proceso de tratamiento contra el cáncer y todo lo que conlleva.

Así es Sandringham, el nuevo refugio de Carlos III

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Con una entrada majestuosa, se trata de una vivienda de grandísimas dimensiones con espacios bellísimos cargados de historia. Muebles de épocas pasadas, fotografías de predecesores reales y obras de arte de valor incalculable ocupan las enormes estancias de esta casa campestre. Pero la joya de la corona reside en sus vastos e interminables jardines, algo por lo que destaca sin ningún tipo de dudas. Sandringham cuenta con 30 hectáreas de zonas al aire libre, que a su vez están rodeadas por bosques. 

Es por ello que este dato conlleva que la residencia necesito de muchos cuidados durante la mayor parte del año. Por tanto, no es de extrañar ver tanto maquinaria como diferentes trabajadores en cualquier época del año. Además, el monarca inglés cuenta con 200 trabajadores nada más que para este enclave único para que luzca como realmente se merece. Por otra parte, se trata de un destino rodeado de naturaleza y paz, muy frecuentado por los royals británicos. Además, hay que recordar que era el lugar favorito de la reina Isabel II para las vacaciones tanto de Navidad como de Semana Santa.

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La historia de Sandringham, una vivienda única con cientos de curiosidades

Para saber cómo Sandringham acabó siendo parte de las viviendas reales hemos de remontarnos al año 1862. El entonces príncipe Eduardo VII pidió a su madre, la reina Victoria, un lugar donde instalarse con su nueva esposa, Alexandra de Dinamarca. La monarca no se lo pensó dos veces y compró esta gran parcela para construir un edificio acorde a las necesidades de su hijo.

Las obras se pusieron en marcha rápidamente y en 1870 se terminó esta residencia. Su diseño fue muy innovador para la época, ya que no solían fabricarse casas con ladrillo rojo ni con una combinación de estilos tan amplia. Además, tenía elementos muy modernos para el momento, como el alumbrado de gas, lavabos con cisterna o lo que sería el prototipo de las duchas actuales. 

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También se ha visto sometida a remodelaciones a lo largo de los años, como la ampliación de una nueva ala, donde se colocó un gran salón de baile, o la reconstrucción de una parte del edificio, destruida tras el incendio que asoló la vivienda en 1891. Una de las más recientes e innovadoras tuvo lugar hace un año cuando Carlos III puso en marcha un proyecto ecológico en los jardines de Sandringham para tratar con más respeto el medio ambiente, una causa con la que el monarca está muy vinculado.

Además de su creación y la historia de los reyes y reinas que han vivido aquí, Sandringham llama la atención por las decenas de curiosidades que esconde. Es el caso de las 5.000 plantas curativas que se encuentran en dichos jardines, expuestas a su vez con el arte de la topiaria. ¿De qué se trata? Es un procedimiento por el cual se le da forma a la vegetación mediante la poda.

Puerta de entrada a Sandringham el día que falleció el duque de Edimburgo

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Otro ejemplo de estos espacios curiosos es el cementerio de mascotas de la familia real, donde se encuentran algunos de los corgis de la reina Isabel II, o la bolera secreta que esconden sus salas. Una estancia de lo más inesperada en una vivienda tan antigua como esta, pero que al parecer crearon los antepasados de los reyes actuales. Existe una ilustración en la que se puede apreciar al rey Eduardo VII jugando a los bolos ya en aquel entonces.

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