El rey Juan Carlos ve a su hija Elena (su ojito derecho) desamparada

Después de permanecer alejada de actos públicos durante un tiempo, la infanta reapareció la semana pasada para recibir el "capote del arte"

Actualizado a 27 de noviembre de 2019, 13:00

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Siempre han estado muy unidos, y así lo siguen demostrando años más tarde. Un rey emérito alejado de responsabilidades oficiales e institucionales, y su primogénita que, a diferencia de sus hermanos, comparte con su padre sus principales aficiones: los toros, la vela y su pasión por los buenos restaurantes, pasan juntos todo el tiempo que les es posible.

Después de permanecer alejada de los medios durante una larga temporada, Elena de Borbón ha vuelto a aparecer con motivo de la entrega que se le otorgó del "capote del arte" en el Hotel Wellington de Madrid, así como en la subasta benéfica de capones de Cascajares, que se celebró en el Hotel Palace.

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Fue el pasado lunes 25 de noviembre cuando se cumplían diez años del comunicado de su divorcio, una separación que queda ya muy lejana, sobre todo teniendo en cuenta que ahora son sus hijos los que ocupan titulares como protagonistas en infinidad de medios de comunicación. Desde entonces, y para evitar dar más que hablar con respecto al fracaso de su matrimonio, Elena quedó relegada a una vida mucho más discreta, muchas veces a la sombra de su padre.

Con él mantiene una relación idílica, y es ahora, cuando el rey Juan Carlos se ve mayor y quizá menos fuerte con respecto a poder proteger a su hija, cuando ha mostrado su preocupación con respecto a ella.

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Es verdad que Elena tiene un futuro asegurado, sin embargo, tal y como señala LOC, el exmonarca teme que sea ella quien más sufra las consecuencias que pueda acarrear su muerte. La Duquesa de Lugo ya no representa a la Corona desde que Felipe VI subió al Trono salvo en actos concretos, y aunque es maestra de profesión, el sustento se lo da su trabajo en la Fundación Mapfre.

Allí, con un suelo de 200.000 euros brutos al año, la hermana de Felipe VI es feliz, dedicando su energía a una labor con la que no puede sentirse más satisfecha. Ahora disfruta de una libertad mucho más real: sus hijos, sus actos institucionales, su trabajo como directora del área social en la fundación, la equitación y un reducido círculo de amigos. Sin embargo, don Juan Carlos teme que su puesto de trabajo peligre cuando él ya no esté ya que la infanta no cuenta con el amparo por parte de su hermano.

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