Es uno de los últimos grandes viajes de Isabel II. Después de haber abandonado Balmoral para instalar los restos mortales de la monarca en el palacio de Holyroodhouse, toca el momento de acompañar al féretro hasta la catedral de St. Giles. La Familia Real casi al completo ha viajado hasta Edimburgo para encabezar el corte fúnebre que recorre las calles de la ciudad. El ya rey, afectado y de luto, ha buscado refugio y consuelo en sus hermanos, que han permanecido junto a su madre desde el mismo momento del fallecimiento.
La unión de la reina Isabel II con Escocia fue estrecha y muy cercana. De ahí la importancia del regreso de Carlos III a Edimburgo tanto para acompañar a los restos mortales de su madre hasta la catedral de St. Giles como para empezar una ronda de recepciones y audiencias con los principales cargos políticos. Antes de reunirse con la primera ministra escocesa, el rey ha encabezado la marcha que ha trasladado el féretro de la reina desde el palacio de Holyroodhousehasta el lugar en el que va a estar las próximas horas.
El silencio en la ciudad de Edimburgo ha sido sepulcral durante toda la caminata. Carlos III ha hecho el recorrido junto a sus hermanos, una muestra más de unión para afrontar este duro duelo al que se enfrentan tras el fallecimiento de Isabel II. Aunque en un primer momento se esperaba también la asistencia de Guillermo y Harry, finalmente los hijos de Lady Di no se han trasladado hasta Escocia.
Carlos III ya ha asumido sus responsabilidades como Rey de Inglaterra y, profundamente orgulloso de la dedicación de su madre en sus 70 años de reinado, piensa seguir su legado: "Soy muy consciente de esta herencia que me toca y de mis deberes y de las grandes responsabilidades que me llegan. Me comprometo a continuar este ejemplo tan inspirador, en busca de paz, armonía y prosperidad de todas las personas", confesaba en su discurso de proclamación.