La reina Sofía está ya en París. Después de que el rey Felipe desapareciese de la capital francesa para dirigirse a sus vacaciones privadas con la reina Letizia y sus hijas, le ha tocado a la reina emérita hacer acto de presencia. El primer acto en el que ha participado ha sido la final de waterpolo femenino. Seria y con la equipación de la delegación española, como ya hicieron su hijo, su nuera y sus nietas, la reina emérita cambia Palma de Mallorca por París durante unos días. Será, a todas luces, la encargada de acudir a la ceremonia de clausura que tendrá lugar este próximo domingo.
Esta aparición calma la preocupación que ha despertado la reina emérita en Mallorca. Las altas temperaturas hacían que la salud de la reina se resintiese y protagonizase algún momento de inquietud. Tanto en la recepción oficial de las autoridades como en el paseo que realizó con la reina Letizia y sus nietas Leonor y Sofía, la reina emérita tuvo dificultades a la hora de caminar. La ola de calor causaba estragos y no hay que olvidar que la reina tiene ya 85 años.
La reina ha disfrutado de los primeros minutos del encuentro. Ha animado a la selección y ha querido integrarse en los Juegos Olímpicos. La celebración en un lugar tan accesible como París ha hecho que todas las monarquías europeas hayan querido apoyar a su deportistas. Un despliegue como nunca que vuelve a poner, si es que hiciese falta, a la capital francesa en el mapa.
La euforia de la reina Sofía en París
Si los reyes Felipe y Letizia fueron los encargados de acudir a la inauguración de los Juegos Olímpicos, será la reina Sofía la que se encargue de la clausura. La emérita viajaba a París después de que su hijo abandonase la capital francesa. El rey se trasladaba a Grecia, según apuntan los rumores, para disfrutar de unos días en familia con la reina Letizia y sus hijas Leonor y Sofía. Unas vacaciones privadas que este año tan solo durarán cinco días. Será breve pero seguro que lo aprovechan bien.
La reina Sofía, ante la ausencia de los reyes, también renunciaba a su descanso en Marivent para instalarse dos días en París. Aunque ya había quedado claro que estaría en la ceremonia de clausura, la emérita no ha querido perderse las últimas jornadas de los juegos. La final de waterpolo femenino ha sido el primer torneo al que ha acudido. Y como no podía ser de otra forma, con la indumentaria reglamentaria de los Juegos Olímpicos. No es habitual ver a la reina en chándal a sus 85 años.
La reina se emocionaba con la victoria del equipo de waterpolo. Vítores sorprendían a todos al terminar el torneo. Sin duda, todo un talismán para el deporte español. Primer acto al que acudía, primer medalla a la que asistía. Una muestra que dejaba claro que la preocupación por su salud queda ya en el pasado. La reina no ha tenido sus mejores días en Palma de Mallorca pero todo se debía a las altas temperaturas y al calor que reina en todo el país.
La salud de la reina Sofía se resiente en Palma de Mallorca
“La reina Sofía está dispuesta a todo, siempre lo ha hecho pero tiene 85 años. Este verano doña Sofía lo ha pasado mal, tuvo que salir de la recepción, pasó por mi lado y la vi al borde de la lipotimia”. La periodista Mariángel Alcázar confirmaba lo que muchos ya habían observado. La salud de la reina Sofía había estado al límite durante las jornadas en Palma de Mallorca. La reina mostraba signos de fatiga y mareo debido a las altas temperaturas.
La salida con la reina Letizia y sus hijas Leonor y Sofía a las cuatro de la tarde, en plena ola de calor, hacía temer lo peor. La reina emérita se apoyaba en su nieta mayor y pedía detenerse un momento para recuperar aire. No era la mejor hora para pasear por el centro de la ciudad y menos a la edad de la reina Sofía. La excusa oficial fue que era un momento de menor congestión y más fácil para dejarse ver y fotografiar.
Ahora parece que la reina se encuentra ya mejor. A su llegada a París hemos podido verla de nuevo disfrutando del deporte y sonriendo a la cámara. Quedan todavía dos largas jornadas para que los Juegos Olímpicos bajen el telón hasta dentro de cuatro años. Será allí donde veremos a la reina emérita sin la equipación oficial. ¿Lo hará en solitario? Eso parece.
El verano más triste de la reina Sofía
Pese su profesionalidad y a la sonrisa que siempre enarbola en público, no está siendo el mejor verano para la reina emérita. Desde el fallecimiento de su hermano Constantino han sido meses difíciles. La reina Sofía viajaba a Grecia para despedirse de su tío Miguel, una pieza fundamental en su familia. Lo hacía junto a su hermana Irene de Grecia. La salud de la princesa griega preocupa. Ya en silla de ruedas, Irene hace tiempo que sufre el mal del olvido. Su estado es delicado, algo que afecta y mucho a su hermana. Irene ha sido el gran apoyo de la reina Sofía en los buenos y en los malos momentos.
También una de sus pocas confidentes, su prima Tatiana Radziwill sufría un ictus hace unos meses. También en silla de ruedas aparecía en la cena con la Familia Real en Palma de Mallorca. Dos situaciones que han afectado profundamente a la reina. Sofía oculta sus emociones cuando aparece en público. Lleva décadas haciéndolo y es algo a lo que está más que acostumbrada. No obstante, hemos podido verla más triste de lo habitual. No es el verano más feliz de la reina emérita.