No está siendo un verano fácil para la reina Sofía. La madre del rey pasa por un momento complicado. Tras haber sufrido los estragos del calor durante las primeras semanas de su estancia en Palma de Mallorca, con algún susto incluido, la reina emérita se ha encontrado con no pocas desgracias que han ido minando su firmeza. La repentina muerte de Juan Gómez-Acebo, hijo de la infanta Pilar y sobrino del rey Juan Carlos, le provocó un enorme sufrimiento. Fue la única, además, que pudo acompañar a la familia en el tanatorio.
Ahora, instalada en Marivent, a la reina Sofía se le han truncado los planes. El duro temporal que afecta a las Islas Baleares preocupa. Por los daños personales y materiales que pueda acarrear y por imposibilitar sus movimientos. La reina emérita tenía pensado volver a viajar en breve pero esto, por el momento, va a tener que esperar. Lo mismo si eran su nuera Letizia y sus hijas las que pretendían volver a Palma tras sus vacaciones privadas. La situación no se ha calmado todavía.
Pero no es esto lo único que preocupa a la reina. El incendio que ha puesto a Grecia en alerta máxima mantiene a la reina Sofía muy inquieta. No solo por el enorme cariño que tiene a su país natal, sino porque tenía previsto trasladarse allí en breve con una misión muy especial. Las desgracias, desde luego, no se detienen en la vida de la reina emérita.
Su difícil verano en Marivent
Las primeras semanas comenzaban como todos los años. La reina Sofía se instalaba en Marivent junto a su hermana Irene de Grecia. Es su lugar favorito para pasar el verano y así lo ha manifestado en muchas ocasiones. La reina disfruta de Palma y le gusta estar allí. No obstante, el calor extremo y las altas temperaturas hacían que sus días fuesen un poco más difíciles. La reina, de 85 años, padecía los estragos del calor y así se veía reflejado en sus salidas acompañada de su familia.
Especialmente alarmante fue el paseo a las cuatro de la tarde con la reina Letizia y sus hijas. La emérita tuvo que detenerse para tomar algo de aire, visiblemente mareada. Demasiadas exigencias para alguien ya de edad avanzada por muy bien que se encuentre físicamente. Solo quedó en un susto del que pudo recuperarse. Acto seguido, de hecho, su hijo y su familia se marchaban de vacaciones.
Lo que no imaginó es que pocos días después debería ir a despedirse de Juan Gómez-Acebo. El hijo de la desaparecida infanta Pilar fallecía en Palma de Mallorca de forma repentina. Había acudido a pasar unos días junto a la familia después de que le diagnosticasen un cáncer. Tenía tan solo 54 años y habían pasado cinco meses desde que falleciese su hermano Fernando. Un duro revés para toda la familia Gómez-Acebo y los Borbones.
La preocupación por Grecia
La reina Sofía pretendía viajar en breve a Grecia. Es a finales de septiembre cuando se casa Teodora, hija de su hermano Constantino, y la reina quería estar presente varias semanas antes para ayudar con los preparativos y apoyar a su cuñada. La muerte de Constantino dejaban a la Familia Real griega muy afectada. Era no solo el jefe de la casa, sino también la figura en la que se han apoyado todos a lo largo de los años.
La reina Sofía mantiene una relación cercana con su cuñada, Ana María. Con ella se quedó después del funeral de Constantino para apoyarla y hacer todas las gestiones pertinentes. La reina viaja a su país natal siempre que puede. Es su vía de escape, el sitio donde es feliz. Tantos años sin poder haber ido a los lugares donde creció han hecho que ahora quiera recuperar el tiempo perdido. Además, es una figura clave en la organización de la Casa Real griega.
El incendio que ahora mismo rodea a Atenas mantiene a todos en vilo. El gobierno griego ha tenido que pedir ayuda internacional para sofocarlo por temor a que continúa extendiéndose. Es un instante de gran dolor para los griegos y de temor por lo que pueda ocurrir.
La situación delicada de su hermana Irene de Grecia
La reina Sofía, además, se encuentra siempre pendiente de su hermana Irene. La princesa griega acusa una salud delicada desde hace tiempo. En sus últimas apariciones ya la vemos permanentemente en silla de ruedas, ayudada por su familia. Irene padece, además, el mal de olvido. Un enorme dolor para la reina Sofía que ve como su hermana y gran confidente se apaga poco a poco.
Todos los miembros de la Familia Real tienen un especial cariño a Irene. Ha sido una figura constante en la vida de la reina. Se instaló en Zarzuela para estar con su hermana y ahí continúa. Estos últimos veranos hemos podido ver las atenciones que le dedican tanto la reina Letizia como sus hijas, Leonor y Sofía. El estado de Irene, eso sí, no le impidió viajar hasta Grecia este mismo verano para despedir a su tío Miguel, una figura clave en su educación y con quien mantuvo una gran relación.