La reina Letizia se ha convertido este miércoles 26 de noviembre en el centro de todas las miradas. Después de que Casa Real confirmara la cuarentena del rey Felipe VI por estar en contacto directo con un positivo por coronavirus, la Consorte ha reaparecido en solitario en Sevilla para presidir la cumbre del turismo de la capital hispalense.
Una ocasión para la que la Reina ha optado por recatar de su vestidor uno de los diseños más aplaudidos a nivel internacional: el vestido de seda estampada en color blanco que estrenó en junio de 2019 para la investidura de don Felipe como Caballero de la Orden de la Jarretera. Aunque, sin dudas, esto no es lo más llamativo de su estilismo.
Doña Letizia ha optado para esta ocasión de un diseño de la firma sevillana Cherubina. Una elección con la que ha querido hacer un guiño especial a la tierra que estaba visitando a través de su ropa. Así, la Reina ha elegido una marca de la capital andaluza, ciudad en la que ha tenido lugar el evento.
La mujer de Felipe VI se ha convertido en todo un icono de moda y utiliza sus estilismos para expresar todo lo que no hace con palabras. Así, desde que comenzó la crisis sanitaria y saltaron a la prensa los escándalos de don Juan Carlos, la Consorte ha limitado al máximo las nuevas prendas de su armario. Su estrategia ha sido clara: dar una imagen de austeridad en estos tiempos complicados.
La figura de la Reina como embajadora de la moda española también es clara. Sin embargo, ahora ha decidido ir un paso más con su guiño a la ciudad que visita. Unos gestos que ya tenían otras royals europeas como Kate Middleton, quien suele optar por diseñadores de los lugares a los que acude.