Este sábado 16 de abril no se ha dejado nada al azar para la esperadísima reaparición de la princesa Leonor. La heredera al trono ha vivido su gran día tras seis meses de silencio arropada por sus padres y la infanta Sofía, la otra gran protagonista de una jornada envuelta en una gran expectación. Muy consciente de que toda la atención de los focos la han acaparado sus hijas, la reina Letizia ha elegido un look sobrio, sin efectismos –también acorde al acto que han presidido–, pero sin renunciar a su estilo y elegancia que tantos elogios ha obtenido.
La reina Letizia ha apostado por el mix infalible del blanco y negro. Un blazer negro con cinturón ancho, el truco de estilo al que suele recurrir para estilizar su silueta, y un pantalón blanco, han sido su elección para esta tarde. Como curiosidad, madre e hijas han ido hoy con zapatos planos
La reina Letizia junto a sus hijas.
La familia real al completo llegaba esta tarde al Centro de Recepción, Acogida y Derivación de refugiados procedentes de Ucrania de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Una actividad muy significativa con la que vuelven a posicionarse con temas sociales con los que la sociedad está muy sensibilizada. Se trata de un nuevo gesto solidario hacia la población ucraniana que está sufriendo el infierno de la guerra contra Rusia, una cuestión que interesa especialmente a la reina Letizia quien con sus estilismos ha mandado recientemente mensajes en apoyo a Ucrania, algo que hoy ha hecho su hija la princesa Leonor a través de su look.
Precisamente doña Letizia ha estado muy pendiente de sus hijas durante toda la visita. Se la podía ver comentar y preguntar, mostrando interés por las historias de los refugiados, intercediendo entre ellos y sus hijas, mientras les dedicaba gestos cariñosos con el que las arropaba y les insuflaba tranquilidad y seguridad. Una reina más madre que nunca, consciente de exprimir el tiempo con su hija mayor, de retener los momentos vividos todos juntos hasta que el próximo 24 de abril Leonor tenga que volver a poner rumbo a Gales.