La reina Letizia ha cerrado este jueves 8 de julio una semana más de trabajo con su presencia en uno de los actos en los que más suele arriesgar (estilísticamente hablando). En concreto, ha inaugurado junto al rey Felipe VI la 40º edición de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCO), la cual se solía celebrar en febrero pero que se ha trasladado a julio a consecuencia de la pandemia.
Un acto en el que la reina ha sorprendido con un impoluto estilismo: un look total white en el que la capa con cuello chimenea y cierre trasero de la firma On Atlas, marca de moda sostenible que se estrena en su vestidor, ha sido la gran protagonista. Sin embargo, también ha habido otro detalle que no ha pasado desapercibido a los presentes. La mujer de Felipe VI ha apostado por unos pendientes de cadena terminados en flor que pertenecen a la colección Falling Jasmine de Carolina Herrera, con los que ha vuelto a demostrar que está dando una nueva oportunidad a sus joyas.
Al contrario que otras royals europeas, doña Letizia suele optar por lucir siempre las mismas joyas en su agenda diaria. La mujer de Felipe VI tiene dos pares de pendientes favoritos, que suele combinar con su inseparable anillo de Karen Hallam. Sin embargo, en sus últimas apariciones públicas, la madre de la princesa Leonor y la infanta Sofía parece haberse reencontrado con las joyas.
Es más, además de recuperar los pendientes de cadena terminados en flor para ARCO, la reina sorprendió ayer al lucir unos color verde durante su comparecencia desde el palacio de la Zarzuela en el foro de alto nivel de Naciones Unidas para hablar sobre los retos de las personas que sufren enfermedades raras. Unos complementos con los que está consiguiendo dar un pequeño y favorecedor giro a su estilo.