Con permiso de la tendencia color block que nos invade esta temporada, el blanco ha sido, es y será el protagonista del verano. La reina Letizia lo sabe y a solo unas semanas de iniciar la época estival ya ha estrenado dos vestidos blancos. El primero, el pasado mes de mayo para dar la bienvenida al Emir de Catar y este lunes lo ha vuelto a hacer con un diseño de encaje que ha llegado a su vestidor por la puerta grande.
La reina Letizia reaparecía en Murcia tras su intenso viaje a Mauritania para amadrinar el acto de entrega de la Enseña Nacional de la Fuerza de Guerra Naval Especial. Para la ocasión, la mujer de Felipe VI ha mostrado su faceta más sofisticada con un vestido de encaje que no habíamos visto hasta ahora. Se trata de un diseño de estreno con largo midi, escote cerrado y ligera falda de vuelo semitransparente que se ajustaba a la perfección a su silueta y dejaba al descubierto sus piernas.
En el vestido, firmado por Sfera, llevaba prendida la insignia de la orden española de Carlos III y ha querido que sus complementos fueran a juego: salones destalonados de Magrit en color azul bebé con cartera de mano a juego de la misma marca.
La sobriedad del acto le ha empujado a recoger su melena en un moño al que no nos tiene muy acostumbrados, un recogido que dejaba al descubierto sus preciosos pendientes: un diseño de Bvulgari formados por un pequeño aro de plata, unido a un círculo de brillantes del que cuelga un topacio en forma de lágrima que ha combinado como no podía ser de otra forma con el anillo de Karen Hallam que lucía en el dedo índice de su mano izquierda.
La reina Letizia en Cartagena (Murcia)
Rompe con la tradición
Si echamos la vista atrás, este tipo de actos ponían la nota más tradicional en los estilismos de la reina Sofía: vestidos largos, mantillas y peinetas. Una 'norma' que doña Letizia rompió cuando en 2014 se convirtió en Reina. Desde entonces, la madre de Leonor y Sofía ha puesto su toque personal a un acto cargado de sobriedad.