La reina Letizia (50 años) lleva tres semanas con una agenda oficial muy escasa, signo de que las vacaciones están cerca. Pues bien, todo llega y este martes ha hecho frente a su última cita institucional en Madrid. Pasadas las 19.00 horas, los reyes reaparecían en el Palacio Real con motivo de la inauguración de la Galería de las Colecciones Reales, considerado el principal instrumento de proyección de la actividad cultural de Patrimonio Nacional. Una cita cultural en pareja con la que los monarcas han puesto punto y final a sus obligaciones en la capital y con la que la madre de la princesa Leonor ha vuelto a sorprender con un diseño de estreno.
La reina Letizia vuelve a confiar en Carolina Herrera
La última vez que vimos a doña Letizia, deslumbró con un elegantísimo dos piezas de seda en color azul y hoy tampoco ha defraudado. La mujer de Felipe VI ha vuelto a confiar en Carolina Herrera y se ha decantado por un diseño exquisito que pertenece a una colección anterior de la firma, pero no ha sido hasta ahora cuando ha encontrado la ocasión perfecta para estrenarlo.
Se trata de un look de inspiración lady con un precioso estampado floral en tonos grises que se caracteriza por sus tirantes gruesos en color negro, un pronunciado escote corazón, cuerpo entallado con detalles drapeados que son de lo más favorecedores y una falda de largo midi y corte evasé.
El estampado floral de la pieza contrastaba con un enorme lazo que hacía las veces de fajín que estilizaba más si cabe su esbelta silueta. Sin duda, una creación que es pura inspiración para invitadas durante los meses estivales.
Como complementos indispensables, doña Letizia ha apostado por unos sencillos salones destalonados negros, también de Carolina Herrera, y bolso de mano a juego. Finalmente, en cuanto a joyas se ha decantado por los aros con diamantes incrustados que sobresalían entre su melena perfectamente ondulada y, por supuesto, su ya eterno anillo de Coreterno.
Durante la visita, don Felipe y doña Letizia han vuelto a hacer alarde de su amor y no podían evitar intercambiarse miradas y sonrisas cómplices cuando pensaban que no estaban siendo grabados. Ni rastro de crisis, el matrimonio está en su mejor momento cuando apenas queda un mes para la marcha de Leonor y Sofía.
Será este miércoles cuando Felipe VI aterrice en Palma adelantándose a su mujer y sus dos hijas. Ellas, por su parte, cogerán un vuelo desde Madrid este sábado, 29 de julio, para dar comienzo a dos semanas de vacaciones familiares en la isla balear en la que tendrán la oportunidad de reencontrarse con doña Sofía, quien se encuentra en Marivent desde hace una semana para ponerlo todo a punto.
La agitada agenda de la reina Letizia en Mallorca (con reencuentro familiar incluido)
Aunque siempre se ha dicho que doña Letizia no siente ningún cariño hacia Mallorca, y su estancia allí más que vacaciones son un infierno para ella, la realidad es que desde que se convirtió en Reina de España en 2014 todo ha cambiado.
Sus apariciones (y las de sus hijas) ya no se limitan al Club Náutico o el tradicional posado en los jardines de Marivent. En los últimos años, Felipe, Letizia, Leonor y Sofía han sorprendido con apariciones públicas fuera de agenda, paseos por los lugares más emblemáticos de la isla, jornadas de compras o salidas nocturnas en familia.
Letizia en Mallorca.
A esto hay que añadir que Letizia ha convertido en obligación que su debut en Palma coincida con la gala de clausura del Atlantida Film Fest, concierto en el que reaparecerá el próximo 30 de julio dando el pistoletazo de salida a su agitada agenda de compromisos. El 3 de agosto presidirá junto a don Felipe y la reina Sofía la tradicional recepción en el palacio de la Almudaina y a partir de ahí una larga lista de apariciones en las que nos deleitará con looks muy veraniegos con los que sale de la formalidad que la vemos a lo largo del año.
No podemos olvidar que está previsto que don Felipe y doña Letizia se reúnan en el palacio de Marivent con las infantas Elena y Cristina y todos sus sobrinos, un cónclave familiar histórico que promete dar mucho qué hablar.