Es un reencuentro muy esperado y por fin se ha realizado. Mette-Marit y su hijo Marius, fruto de su relación con Morten Borg, vuelven a pasar unos días juntos por vacaciones de verano.
El hijo de la princesa se quedará unos días en Vogts Villa, la residencia de verano de los príncipes situada en la isla Dvergsøya, frente a la costa de Kristiansand, lugar de nacimiento de Mette-Marit. La sorpresa de su visita es que no la ha hecho solo, sino que venía en compañía de alguien muy especial.
Pese a lo que todos pudieran imaginar, no ha sido su novia Juliane Snekkestad, con quien sale desde hace año y medio. Su acompañante es, nada más y nada menos, que su perro Louie Borg Snekkestad, un boston terrier a quien Mette-Marit ha presentado en las redes sociales como su “nieto”.
De nuevo, la relación de la princesa y su hijo mayor deja en evidencia la complicidad que hay entre ambos. A pesar de que el joven decidió alejarse de la vida pública en 2017 y vivir en Londres con su pareja, se mantienen muy unidos. "Yo tenía tan solo 23 años cuando me convertí en madre y adquirí esta enorme responsabilidad. Marius ha sido el regalo más grande de mi vida", ha confesado Mette-Marit en varias ocasiones.
Marius trabaja actualmente en el desarrollo de la aplicación Moodie, que ayuda a los jóvenes a moverse por la noche en las grandes ciudades noruegas, pero poco más se conoce de su vida privada. Lo que sí ha confesado recientemente a la revista Vogue ha sido su intención de lanzar junto a su novia una marca de ropa, un proyecto que los medios esperan como agua de mayo.