A Meghan Markle hay varias cuestiones de su papel como duquesa de Sussex que le cuesta bastante afrontar. Hay una que es muy habitual y que para la mujer del príncipe Harry supone un gran conflicto. Y son las constantes comparaciones entre ella y Kate Middleton. Cada vez que aparecen juntas en un acto oficial, cuando lo hacen por separado pero muestran similitudes, o cada paso que dan en su vida personal de forma diferente la una de la otra, son analizados al detalle y siempre con la comparativa entre ambas por delante. La mujer del príncipe Harry ha calificado estas comparaciones como “desafiantes” y ha asegurado que le hacen sentir muy incómoda.
Meghan Markle es consciente de que Kate Middleton algún día será reina consorte, de que tendrá mucho más protagonismo que ella dentro de la familia real británica y de que lleva más años formando parte de la vida de Isabel II. Esto es algo que la exactriz asume, que entiende, que le parece bien y que intenta llevar de la mejor forma posible. Pero las comparaciones se lo impiden. Una de las cosas que más le cuesta a Meghan Markle desde que comenzó su relación con su marido es estar expuesta a la opinión pública. Pero lo de que constantemente hablen de las similitudes y diferencias entre ella y la mujer del príncipe Guillermo es superior a sus fuerzas.
Si algo intentan en su día a día tanto Meghan como Kate es llevar su propia vida, por separado, coincidiendo cuando tienen que coincidir y llevándose lo mejor posible. Algo que les resulta complicado al tener que escuchar continuamente comentarios sobre su rivalidad. Esta es una de las principales razones por la que Meghan ha querido retirarse de la vida pública durante unas semanas. Aunque los comentarios no cesen sabe que cuanto menos aparezca, menos ruido hacen estas cuestiones que tan difíciles le parecen.