Un psicólogo analiza la situación excepcional que vive Mette-Marit tras el ingreso en prisión de su hijo Marius

La psicóloga Verena Sziegoleit ha analizado la situación excepcional que vive Mette-Marit tras el ingreso en prisión de su hijo Marius

Adrián López
Adrián López

Redactor digital de Lecturas

Mette Marit de Noruega
GTRES

Las últimas noticias para la familia noruega han sido abrumadoras. Marius Borg Høiby (27 años), hijo de Mette-Marit (51 años), ha sido arrestado tras acusado de violación y actualmente se encuentra bajo custodia tras no presentar ni ningún recurso de apelación. El hijastro de Hakoon va a pasar al menos una semana entre rejas porque el próximo paso en el proceso judicial todavía está por decidirse.

Lo cierto es que las cosas no pintan muy bien para Marius, pero lo cierto es que el joven no es el único que probablemente esté llegando al límite estos días. Su familia, en especial su madre, también sufre las graves acusaciones y las amargas consecuencias que ahora tiene que soportar tras su terrible comportamiento. Y es que todo el mundo se pregunta cómo el hijo de la princesa ha podido llegar tan lejos sin hasta ahora consecuencias. Una terrible situación que la psicóloga Verena Sziegoleit ha querido analizar en 'Bunte'.

La experta tiene claro que "si a un hijastro se le asigna el papel de alguien fuera de la familia o si se le dice que es menos valioso como hijo, puede tener consecuencias enormemente perjudiciales para su autoestima. Esto a su vez puede resultar en la necesidad de ser reconocido en la edad adulta y en que haya intentos destructivos para satisfacer sus necesidades, por ejemplo a través de símbolos de estatus o comportamiento narcisista".

Según cuenta Verena, el comportamiento tóxico del que le acusan las exnovias Borg Høiby sugiere que esta afirmación podría aplicarse perfectamente al hijo de Mette-Marit. "Otros intentarían evitar sentirse inútiles o recurrirían a las drogas o al alcohol. O terminar en relaciones destructivas en las que también se permiten ser tratados como inferiores porque así es como lo han sentido ellos", explica.

El pasado de Mette-Marit, un problema

En general, parece que Marius se rodeó de los amigos equivocados durante su infancia. La prensa noruega cuenta que recurrió a las drogas una y otra vez, un comportamiento que se repite porque era el mismo que tenía Mette-Marit y el padre biológico del joven, Morten Borg, condenado por posesión de sustancias ilícitas. "A veces los hijos de estos progenitores también se vuelven delincuentes, violentos o recurren a los estupefacientes", afirma Verena, que también subraya que se trata de un tema bastante complejo.

"Aquí son importantes varios factores, ya que el comportamiento puede atribuirse a diferentes cosas. Por ejemplo, si el llamado 'grupo de compañeros' también es violento o las drogas juegan un papel importante en él, al niño no se le enseña ninguna estrategia de regulación de las emociones o acaba por no tener otra alternativa en la que no lidie con la ira o la fuerza. Si tienen baja autoestima, la probabilidad de que los niños también muestren esta forma de ser es además realmente alta", asegura.

Para la psicóloga lo que sea que haya llevado a Marius a extraviarse, ya es un tema que no se puede esconder bajo ningún concepto. "Lo importante ahora es cómo él y su familia afrontan la situación. La princesa parece haber entrado en pánico. Se dice que no solo advirtió a su hijo sobre el arresto, sino que también destruyó pruebas . ¿Cómo se encuentra la heredera al trono? Pase lo que le pase solo sería especular", cuenta. 

"La expresión 'situación emocional excepcional' lo resume todo. Las madres automáticamente se preguntan si han hecho algo malo. A menudo los sentimientos de culpa son tan insoportables, especialmente cuando se les acusa de un delito violento tan repugnante como una violación, que después solo pueden defenderse para proteger su propia autoestima del colapso. Entonces existe el gran peligro de decir que su hijo es absolutamente inocente, de considerar que todo ha sido un gran error o que ha sido una confusión del sistema  judicial", afirma, explicando que las madres a menudo creen que sus niños no harían algo así. "Si esto no es posible, culpar a la víctima lamentablemente un fenómeno común en nuestra sociedad", añade. 

Pero la verdad es que Verena cree que Mette-Marit también podría tomar un camino diferente y evaluar la situación por sí misma. "Si fuera una madre es reflexiva, puede observar conscientemente sus pensamientos. Si está dotada de una gran capacidad de regulación de las emociones, podría aceptar radicalmente la situación y plantearse la cuestión de cómo quiere afrontarla. ¿Será de alguna ayuda el príncipe Haakon, que recientemente ha admitido abiertamente que ahora le gustaría estar con su mujer? Eso es cuestionable. Una pareja puede ser un apoyo o un gran obstáculo, dependiendo de la situación", termina la experta en salud mental.