A lo largo de estas semanas ha llamado la atención la dolencia que arrastraba Felipe VI (55 años) en su mano izquierda y, al fin, hemos conocido que el Rey ha tenido que ser operado. El padre de Leonor y Sofía se ha visto obligado a pasar por el quirófano para acabar con el dolor, una operación que no le ha impedido hacer frente a sus compromisos institucionales en un mes clave para su hija mayor.
Tal y como ha publicado Semana, tras la Jura de Bandera de Leonor el pasado 7 de octubre, el monarca se lesionó jugando al pádel. Aunque en un principio se optó por una férula para inmovilizar la zona, finalmente no fue suficiente y el propio Rey confirmaba durante la recepción tras los Premios Princesa de Asturias que se había sometido a una sencilla operación para favorecer a su recuperación. El motivo no es otro que adelantar el proceso y evitar futuras complicaciones en la mano.
Este bache de salud nos ha hecho recordar los problemas a los que ha tenido que hacer frente don Felipe a lo largo de los últimos años: desde los fuertes dolores de espalda a la onicofagia.
El Rey siempre ha gozado de una salud de hierro. Muy deportista, muchas veces ese exceso de ejercicio le ha jugado malas pasadas. "Sufre desde hace años de las lumbares", confesaba una fuente cercana al monarca a El Español. Dolencia que se ha incrementado con los largos viajes que realiza y los picos de estrés. Estos incómodos dolores le llevaron en 2018 a recurrir a un tratamiento de radiofrecuencia por aguja o rizolisis con el que se intentó paliar las molestias. Además, cada semana visita a su fisioterapeuta, y en épocas donde el dolor es insoportable se ve obligado a reducir su actividad física sustancialmente.
Además de este malestar físico, se dice que don Felipe sufre onicofagia, un trastorno impulsivo que consiste en morderse las uñas de manera compulsiva y que se ve aumentado en épocas de estrés, tensión y ansiedad. Aunque a priori pueda parecer algo común, los expertos aseguran que este tipo de comportamientos provoca problemas en los dientes, deformaciones en la cutícula e infecciones. En muchas imágenes, el Rey intenta ocultar sus manos o se aprecian sus dedos con tiritas o con heridas provocadas por este mal hábito. Otros van a más y aseguran que se trata de dermatofagia, que consiste en morderse la piel, especialmente la que rodea las uñas. Para poner fin a este desorden es necesario acudir a un especialista que pueda dar al paciente una serie de pautas para ponerle fin.
El rey Felipe, un hombre muy deportista bajo la sombra de la salud de su padre
Al margen de estas dolencias, la realidad es que a sus 55 años don Felipe goza de una gran salud, quizás promovida por su pasado (y presente) deportista. Más allá de un brazo roto cuando era un niño y alguna lesión de rodilla por culpa del esquí, el marido de Letizia no ha tenido que hacer frente a ninguna enfermedad importante. Sin embargo, al hablar de problemas de espalda y movilidad es imposible no pensar en don Juan Carlos y como lo que parecía un problema de cadera sin importancia ha desencadenado en una cadena de problemas de salud que arrastra en la actualidad.
La rutina del Rey comienza a primera hora de la mañana con sesiones de deporte en el gimnasio de Zarzuela que comparte con su mujer. Además, es habitual verle correr por los alrededores de palacio. Pero si hay deportes que le gustan realmente son el squash, el pádel y, por supuesto, la vela y el esquí.