Desde que la cadena CBS emitiera la polémica entrevista de Meghan Markle y el príncipe Harry con Oprah Winfrey, todos los pasos que han ido dando los diferentes miembros de la casa real británica se han mirado con lupa. Mientras que la reina Isabel II emitía un comunicado y el príncipe Guillermo dejaba claro que no eran una familia racista, el príncipe Carlos ha guardado al silencio hasta ahora. Algo que, eso sí, no ha sido por decisión propia, sino porque la institución se lo ha ordenado.
Según ha publicado el diario The Sun, el príncipe Carlos quería contestar “punto por punto” a las declaraciones de Meghan Markle y el príncipe Harry debido a que estaba muy molesto con todas las afirmaciones hechas por su hijo. Sin embargo, la reina Isabel II no lo dejó y optó por el escueto comunicado en el que aseguraban que investigarían todo lo sucedido.
“Hubo diferentes opiniones cuando en Palacio se estaba decidiendo qué hacer”, ha asegurado una fuente al mencionado periódico, antes de continuar: “Uno, que era el punto de vista de la reina, optaba por emitir una declaración tranquila diciendo que no estaban contentos de escuchar esas palabras. Sin embargo, el príncipe Carlos quería refutar, punto por punto, todas las afirmaciones que habían hecho”.
Una solución que no gustó nada a la reina Isabel II, que no quería verse atrapada en un “ojo por ojo”. Así, la monarca optó por emitir un comunicado mucho más suave en el que incluso tendían la mano a los duques de Sussex a solucionar todo lo sucedido en privado.
Ante esta decisión del palacio de Buckingham, el príncipe Carlos ha optado por guardar silencio y no comentar nada al respecto de las palabras de su hijo y Meghan Markle. Es más, en su último acto público, se limitó a sonreír a todos los periodistas e intentó dar imagen de normalidad.