El palacio de Buckingham se ha tomado muy en serio las declaraciones de Meghan Markle y el príncipe Harry durante su entrevista con Oprah Winfrey. Tras emitir un comunicado en el que aseguraban que la familia “está entristecida tras conocer el alcance” de los años que vivieron los duques de Sussex en su tiempo en la institución, Isabel II se ha puesto manos a la obra para intentar parar una de las peores crisis de su historia.
Una crisis que Isabel II está supervisando de primera mano todos los pasos que se dan al respecto. La monarca va a levantar el teléfono para hablar con Meghan y Harry tras su polémica entrevista. Es más, la pareja fue informada por el palacio antes de la emisión del comunicado, lo que se puede ver como un gesto más por parte de su majestad para acercarse a ellos.
Este no es el único paso que la reina Isabel II, quien también ha emitido un comunicado interno a todos sus empleados con el que intenta evitar que se continúen filtrando datos a la prensa. Según ha publicado el Daily Mail, la monarca ha pedido a todos los trabajadores de palacio que dejen de comentar lo sucedido y avivar el fuego. Unos pasos con los que la institución quiere intentar controlar una de sus peores crisis en los últimos años.
Además de mejorar la relación con los duques de Sussex e intentar parar las filtraciones, el palacio de Buckingham va a investigar a fondo por qué a Meghan Markle no se le blindó ningún apoyo cuando contó los problemas mentales que estaba sufriendo durante el embarazo del pequeño Archie. Según contó durante su entrevista con Oprah Winfrey, la duquesa de Sussex incluso llegó a plantearse el suicido porque “no quería estar viva”. Sin embargo, desde la institución le dijeron que no la podían ayudar porque “no sería bueno para la institución”.