Tic-Tac. En menos de 24h, la princesa Leonor (19 años) embarcará en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, donde recorrerá 8 países y afianzará los conocimientos que ha aprendido en la Escuela Naval de Marín. Antes de iniciar esta aventura marítima, la heredera al trono ha llevado a cabo varios actos en Cádiz, desde donde partirá el bergantín-goleta. El miércoles, tras superar un pequeño percance, la hija de los reyes Felipe y Letizia llegaba a la ciudad andaluza para conocer el que será su hogar durante varios meses.
Al día siguiente, la hermana de la infanta Sofía hacía frente a su primera prueba de fuego al subir a los mástiles del barco, pero lograba desconectar al disfrutar de una distendida comida con amigos en el restaurante Muelle Uno. Este viernes, tan solo un día antes de embarcar, los actos han continuado con varias visitas. Primero, haciendo frente al mal tiempo, los guardiamarinas han avanzado en formación hasta el Ayuntamiento de Cádiz, donde el alcalde, Bruno García, les ha dedicado unas palabras en el Salón de Plenos.
Después, los 76 guardiamarinas y la princesa se han desplazado hasta San Fernando donde han conocido la Escuela de Suboficiales de la Armada y la Iglesia de la Virgen del Carmen. Durante todo este recorrido, los gaditanos se han mostrado encantados con la presencia de Leonor. Aunque es habitual ver estas imágenes por estas fechas, ya que cada año decenas de guardiamarinas viven la experiencia de Elcano, a los ciudadanos les ha hecho especial ilusión encontrarse con la heredera al trono.
A gritos de "guapa" y con fuertes aplausos, los vecinos de la localidad han dejado claro lo felices que están por tener, aunque sea por unos días, a la hija de Letizia en sus calles. Tal ha sido el cariño que Leonor no podía evitar perder la concentración durante un segundo. Al escuchar las cálidas palabras de los gaditanos, la princesa rompía la formación y giraba la cabeza para sonreírles. Un lapsus que no ha cometido de nuevo al salir de la iglesia, queriendo cumplir su papel con total perfección.
Eso sí, una vez terminados estos actos, como una chica normal y corriente, Leonor disfrutaba de unas horas de tiempo libre con sus compañeros. En las imágenes se ve a la joven, sonriente y relajada, charlar con cuatro de los guardiamarinas que la acompañaran en esta aventura. Al ver a las cámaras enfocándola, la princesa no ha dudado en saludar, muy alegre ante la mirada orgullosa de sus amigas.
La tradicional cena de despedida antes de embarcar en Elcano
Como hemos dicho, la presencia de guardiamarinas es muy habitual en Cádiz. Cada año, alumnos de la Escuela Naval de Marín se preparan para vivir esta experiencia a bordo de una de las joyas de las Fuerzas Armadas. Esto hace que sean muchas las tradiciones alrededor de este viaje, como visitar la mencionada iglesia del Carmen o la cena entre padres y guardiamarinas.
En 'Vamos a ver' han hablado de esta costumbre en la que padres e hijos acuden a la fiesta del Club Naval de la ciudad para pasar una velada en compañía y despedirse. La gran duda es si Leonor y sus padres acudirán. No sería de extrañar teniendo en cuenta las veces que nos han sorprendido con planes fuera de la agenda real, como su visita a Catarroja el pasado 22 de diciembre.
Sería una oportunidad para Felipe y Letizia de estar con su hija antes de este viaje, ya que mañana el protocolo y la atención mediática marcaran su despedida. Quizá incluso quieran compartir algún otro consejo con su primogénita, especialmente Felipe que vivió esta situación en 1987.
El pasado día de Reyes, el monarca aprovechó su discurso durante la Pascua Militar para dirigirse a su hija y hablar, precisamente, de este nuevo desafío. "Esta experiencia, querida Leonor, quedará, como me pasó a mí y a tu abuelo, entre los mejores recuerdos de tu formación militar", afirmaba antes de añadir que "aprovechéis el conocimiento marinero y humano que absorberéis porque os servirá toda la vida".
Los retos que la princesa Leonor enfrentará en Elcano
Además de tener que llevar a cabo maniobras militar y acostumbrarse a vivir en alta mar, la princesa Leonor deberá hacer frente a otro tipo de retos en los 113 de eslora que tiene Elcano. ¿Cuáles son? Gracias a que el buque permitió a algunos medios entrar en el navío, Lecturas.com ha podido conocer de cerca las condiciones en las que vivirá la princesa. La cocina, la cámara de los guardiamarinas, los camarotes o la capilla son algunas de las zonas que Leonor frecuentará.
Una que quizá acaba siendo molesta son las escaleras a través de las cuales se accede a la zona interior. Al ser muy inclinadas, no permiten pasar de forma ágil y rápida, sino que deben cogerse de las barandillas para poder subir y bajar con seguridad. Algo parecido sucede en la pasarela de entrada, donde algunos guardiamarinas tropezaron al pasarla por primera vez en estos días. Para atravesar este puente se debe mantener el equilibrio y evitar los salientes de los que esta conformado.
Por último, el espacio de reducido retará de maneras insospechadas a la heredera al trono. No tanto por la falta de espacio o lo pequeño de algunas salas, sino por la falta de intimidad. Como ya hemos visto, Leonor dormirá en una cama, dentro de unos camarotes compartidos, cuya única separación será una cortinilla.
Cerca de allí están las taquillas, también estrechas, donde podrán guardar algunas de sus pertenencias. En cuanto al lavabo y las duchas, también son compartidos. Nadie tendrá una zona de aseo privada, por lo que tendrán que acostumbrarse a pasar estos momentos privados a ojos de todos.