"No hemos establecido una ruta fija, sino una buena dirección". Con estas palabras, Federico anunciaba cómo quería que fuera su primer año de reinado en la primera entrevista que concedió como monarca. Tanto él como la reina Mary sabían que tenían un arduo trabajo por delante. ¿El motivo? Los meses previos a su subida al trono estuvieron marcados por una fuerte polémica: unas fotografías destaparon que el rey se había encontrado con Genoveva Casanova en Madrid. En ellas se los veía pasear por El Retiro, cenar en un restaurante conocido de la zona y pernoctar en la casa de la mexicana.
Es por eso que que la pareja real sabía que tenían que trabajar duro para dejar de lado todo el revuelo causado. Su propia proclamación fue una forma de desviar la atención, ya que nadie se esperaba que la reina Margarita abdicará en su discurso de Nochevieja. Según la mayoría de los expertos, la reina tenía pensado abdicar igualmente, debido a su avanzada edad y a sus achaques de salud. Pero parece que decidió adelantar el anuncio para dejar atrás escándalo de las citadas fotos y asegurar la continuidad de la monarquía.
Por otro lado, la periodista Pilar Eyre contaba en uno de sus habituales artículos que el ascenso al trono de Federico era la única manera de que Mary siguiera adelante con su matrimonio: "Cuando huyó a Australia, Margarita envió a un consejero para comunicarle su propósito de hacerla reina y solo entonces Mary cambió de parecer y decidió que le compensaba fingir que aceptaba la explicación de su marido: que no había pasado nada".
Una rehabilitación de su imagen pública
Las circunstancias que rodearon su subida al trono han hecho que una parte clave de su reinado haya sido rehabilitar su imagen. Como si de una campaña de marketing se tratara, la actitud pública de Federico y Mary cambió radicalmente. No solo aumentaron notablemente la cantidad de eventos institucionales, sino que también se incrementarían sensiblemente las muestras de afecto manifestadas públicamente entre ambos.
Algo que dejaron claro desde la mismísima proclamación. A nadie le pasó desapercibido que, mientras estaba asomado al balcón del Parlamento danés, le plantara un beso a su esposa, probablemente para callar bocas. Un gesto con el que dejaba claro que su lealtad era con su esposa y con la tarea que tenían entre manos. En cuanto a Mary, algunos especialistas en Casa Real apuntaron que la australiana conoce de sobra la faceta mujeriega del padre de sus cuatro hijos (Christian, Isabelle, Vicent y Josephine), pero habría antepuesto sus responsabilidades a las cuestiones personales.
Las acciones de Federico y Mary como reyes, a juicio público
Era obvio que, después de una polémica de este calibre, su papel como reyes iba a estar analizado con lupa. Y, como no podía ser de otra manera, ha dado que hablar. Y no siempre de forma positiva. De hecho, muchos de sus súbditos consideran que no ha estado a la altura de las expectativas y han criticado que dedique tanto tiempo a estar con la familia y darse la vida padre en detrimento de su agenda de actos oficiales.
Un ejemplo fueron sus recientes escapadas a Madrid, como la que llevó a cabo el pasado mes de diciembre, para asistir a la fiesta de cumpleaños de un miembro de los Baumbach, la familia alemana propietaria de la farmacéutica Boehringer Ingelheim. Alojado junto a Mary y su hija mayor en el sofisticado Hotel Santo Mauro, el danés coincidió en ese misterioso evento con otros royals —como el rey Guillermo Alejandro I y su hija la princesa Amalia de Holanda—, y hasta sacó tiempo para hacer algunas compras navideñas en las tiendas de lujo de la Milla de Oro junto a los suyos.
Una escapada que la prensa danesa criticó con mucha contundencia. La razón es que los monarcas se habían ausentado de la final del equipo femenino de balonmano que jugaba justo ese mismo fin de semana. Era el medio 'Ekstra Bladet' el que lanzaba una dura acusación en este sentido: "Nos vuelven a abandonar. [...] "No se cuenta ni siquiera con el regente de Dinamarca ni con otros representantes de la casa real en el Wiener Stadthalle", señalaba,
Más sueldo, menos mecenazgos reales
Una de las críticas por las que más se le ha señalado ha sido el aumento de su sueldo. Hace unos meses, el Parlamento danés aprobó un considerable aumento —algo más de dos millones de euros— en la partida de la Casa Real—. Por lo visto, Federico recibió en 2023 una retribución de alrededor de 1,9 millones de coronas (unos 255.000 euros) al mes, mientras que Mary se quedaba con un diez por ciento de dicha cantidad. Según un sondeo elaborado por la cadena de televisión 'DR', muchos daneses —en concreto, el 48% de los encuestados— se han posicionado muy o bastante en desacuerdo con que se aumentara el sueldo total de los 'royals'.
El diario nórdico Extra Bladet afirmó al respecto que "los políticos pueden haber hecho un flaco favor a la Corona" dándole más dinero, ya que una de las "mayores debilidades de la Familia Real es que la población tenga la impresión de que no está obteniendo una buena relación calidad-precio". Y sobre todo porque, ya no se trata solamente de que estén ganando más parné, sino que además han reducido considerablemente su labor filantrópica.
No en vano, con la llegada de Federico al trono, la Familia Real ha pasado de 258 a 140 mecenazgos reales —cuyo objetivo consiste en apoyar una causa o a una asociación u organización benéfica—. En ese sentido, el periodista Kim Bach, experto en Casa Real danesa, señaló al diario Ekstra Bladet que "estas organizaciones los ven como algo especial, como un importante sello de aprobación de su trabajo. Está claro que la Casa Real ha pensado mucho más en sí misma que en los mecenazgos".
Un notable patrimonio
La asignación antes mencionada supone la principal fuente de ingresos de los reyes, que aun así cuentan con un más que interesante patrimonio. Bien es cierto que su principal residencia oficial, el complejo del palacio de Amalienborg, en Copenhague, es propiedad del Estado y está dirigida por la Agencia de Palacios y Propiedades, que la pone a disposición del monarca de turno a cambio de que este se haga cargo de los gastos de mantenimiento. Pero este no es el caso de otras propiedades de las que el clan disfruta en distintos momentos del año, como el Castillo de Marselisborg, en Aarhus, al norte del país, donde todos ellos suelen pasar parte de los meses de verano.
También cuentan con el Château de Cayx, un castillo —ubicado en el sur de Francia— que data originalmente del siglo XIV y está situado en pleno viñedo de Cahors. Federico heredó la propiedad de su padre —no obstante, durante mucho tiempo había pertenecido a la familia de Laborde de Monpezat—. Y tampoco hay que olvidar la interesante flota de coches y motos de lujo y el pabellón de caza que posee el actual monarca, ni la espectacular colección de joyas de la corona danesa que acaba de heredar la reina consorte.
En cualquier caso, Jesper Olsen, presidente de Transparencia Internacional Dinamarca, comentó a la revista Billed Bladet que los daneses no se interesan demasiado por el capital de sus soberanos. "Esto está relacionado con el hecho de que, si se compara con la fortuna de los Windsor, sabemos que la diferencia es colosal", comentó. "La familia real danesa es ciertamente rica, pero no tanto como ellos. Sería como comparar un miniprincipado con un imperio".
Las fiestas y escándalos de Christian de Dinamarca
Durante su primer año de reinado, Federico y Mary también han tenido que hacer frente a una polémica muy diferente: la protagonizada por Christian. El primogénito de la pareja ocupó varios titulares por varias fiestas y escándalos tras su graduación. Para cortar la situación de raíz, la pareja real decidió enviar a su hijo a África para llevar a cabo un voluntariado. Durante varios meses no supimos nada del joven, hasta que él mismo cogía las riendas del perfil de los reyes para expresar todo lo que había aprendido.
"He estado en África Oriental durante casi tres meses. La vida cotidiana aquí es algo completamente diferente que en casa. La comida, la cultura, el clima, la vida silvestre, las tareas y la gente hacen de ella una experiencia que nunca olvidaré", empezaba, dejando claro desde el principio que esta vivencia acompañará al príncipe durante mucho tiempo.
"En las últimas semanas he estado trabajando con la preservación de la naturaleza. Estoy supervisando y registrando animales en los arbustos y cuidando la oficina de la granja. Como muestra el vídeo, me acerco mucho a los animales salvajes cuando tienen sus collares GPS reemplazados durante la anestesia", contaba.
Acompañando este texto, el heredero al trono ha subido varias imágenes que muestran una pequeña capsula de su vida en África. En ellas podemos ver al joven ayudar a limpiar tierras de la zona achicando agua, construyendo edificios necesarios para la comunidad, subido a un quad e incluso tratando a lo que parece un león.
El radical cambio en el escudo de Dinamarca con el que Federico se distancia de sus predecesores
A pesar de intentar llevar a cabo sus responsabilidades de la mejor manera, Federico también ha querido llevar a cabo algunos cambios para diferenciar su reinado del de sus predecesores. Uno de ellos es la transformación del escudo de armas de Dinamarca. Durante los 500 años que se estableció, este elemento siempre ha lucido tres coronas que homenajeaban la Unión de Kalmar, que juntaba a Dinamarca, Noruega y Suecia.
Desde 1819, la Casa Real danesa ha ido añadiendo modificaciones, concretamente cuatro: en 1903, 1948, 1972 y, la última, en 2024. En las tres primeras, el cambio era mínimo, pero el último ha provocado una gran controversia. Federico ha querido dar lugar en el escudo a los territorios autónomos de las Islas Feroe y Groenlandia, de los que también es soberano. Y, para ello, el monarca eliminó las tres coronas que habían adornado este símbolo durante siglos y las sustituyó por un oso polar y un carnero de tamaño considerable que representan esas dos naciones.
"El rey desea, mediante modificaciones al escudo de armas real establecido en 1972, crear un escudo de armas real contemporáneo que refleje los territorios autónomos y tenga en cuenta la historia y la tradición heráldica", se podía leer en el anuncio oficial. Una decisión que ha sorprendido a historiadores por las motivaciones del monarca para llevarlo a cabo.