La pretensión de la tripulación del Juan Sebastián de Elcano con la princesa Leonor que se ha roto en tiempo récord

La tripulación del buque escuela Juan Sebastián de Elcano ha dejado clara cuál es su postura con respecto a la presencia de la princesa Leonor en la embarcación. Sin embargo, es muy difícil que esto se cumpla

Helena Arriaza
Helena Arriaza

Redactora digital de Lecturas

Leonor
Gtres

El pasado miércoles, la princesa Leonor (19 años) llegó a Cádiz para embarcar en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano. Aunque no será hasta mañana sábado cuando dé comienzo en crucero de instrucción del que formará parte, la princesa de Asturias ya se está familiarizando con la que será su casa durante los próximos meses y con los que serán sus compañeros y la tripulación.

La tripulación sabe que este crucero de instrucción es especial. Contar con la princesa, futura reina y futura Jefa de las Fuerzas Armadas, convierte a esta aventura en un hecho histórico. La repercusión que tendrán sus paradas, las imágenes que lleguen de la princesa de Asturias a bordo de la embarcación y todo lo que aprenda allí, marcarán esta aventura. Pero los encargados del crucero de instrucción, tienen una pretensión en cuanto a Leonor se refiere.

El pasado miércoles, minutos antes de que la princesa de Asturias llegara al puerto de Cádiz para subir por primera vez al Juan Sebastián de Elcano, varios medios de comunicación tuvimos oportunidad de acceder a la embarcación. Resultaba inevitable preguntar a los miembros de la Armada que estaban allí y que compartirán viaje con Leonor, qué les parece que ella vaya a formar parte de los 76 guardiamarinas que viajarán por alta mar en los próximos meses. Pues bien, todos coincidían en lo mismo.

La tripulación de Elcano pretende que la princesa Leonor sea una más

A las preguntas sobre la princesa Leonor, la respuesta siempre era que la consideran una más entre los guardiamarinas. Sobre si consideraban que el miércoles era un día especial por el hecho del embarque de la princesa de Asturias, respondían que sí, pero que no por eso. Aseguraban que cada año, el día de embarcación de los alumnos siempre resulta especial, y que este año era igual que años anteriores. Una forma de dar su hueco a todos y cada uno de los navegantes.

Leonor Elcano
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También reiteraron que todos y cada uno de lo alumnos suponen un reto para ellos, y que intentarán preparar a todos por igual para que en el futuro sean buenos profesionales. Además, al preguntarles por las diferentes actividades que realizará la princesa Leonor durante los próximos meses, por el menú que degustará a bordo de la embarcación o por cómo serán sus clases, respondían de forma global, metiendo en la respuesta a los 75 guardiamarinas que compartirán el periplo con ella.

Esto es algo que a juzgar por la actitud de la princesa Leonor en su primer contacto con sus compañeros a bordo de Elcano, a ella le gustaría. En cuanto pudo reunirse con el resto de alumnos y tras formar para saludar al comandante, todos pusieron rumbo al interior de la embarcación. Durante ese paseíllo, se pudo ver a la heredera conversando con sus compañeros como una más. Pese a que es consciente del título que ostenta y de lo que implica, algo que pretendería en cada una de sus formaciones sería integrarse al máximo y que las diferencias se noten lo menos posible.

La imposibilidad de que la princesa Leonor sea una más en el Juan Sebastián de Elcano

Sin embargo, esta pretensión de la tripulación de Elcano, es muy difícil de cumplir. Esto fue algo que quedó claro el pasado miércoles, cuando la pretensión se rompió. Mientras la princesa Leonor llegó en coche y accedió al puerto por una de las puertas principales, sus compañeros lo hicieron por otra puerta y caminando hasta llegar a la embarcación. Mientras la princesa de Asturias se mostró firme desde que bajó del vehículo y durante todo el tiempo que se le pudo ver a bordo, sus compañeros se mostraron de lo más relajados mientras formaban antes de subir al buque escuela. Mientras la heredera recorrió la embarcación en solitario y saludó a la tripulación uno por uno, sus compañeros no lo hicieron.

Princesa Leonor
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A esto hay que sumar que por mucho que intenten que la estancia de la princesa Leonor en Elcano sea lo más similar posible a la del resto, habrá diferencias inevitables. Entre ellas, el momento en el que ella interrumpa su aventura. Cuando llegue a Nueva York, allá por el mes de junio, tiene previsto coger un avión y regresar a España. La razón, que continuará con su formación en una fragata. Semanas después, volverá a subir a Elcano. Lo hará en Gijón para formar parte de la última etapa.

Pese a estas circunstancias que impiden que sea una más, lo que está claro es que la tripulación quiere que se sienta como en casa y totalmente integrada. Algo que ella agradecería enormemente.