La Casa Real británica lleva varios meses siendo el centro del foco mediático. La salud de dos de sus miembros más importantes, el rey Carlos III (75 años) y Kate Middleton (42 años) ha ocupado titulares y ha preocupado a ciudadanos de todo el mundo. Sin embargo, en las últimas semanas había otro tema que ha atraído todas las miradas hacia la familia real inglesa: la visita del príncipe Harry con motivo de los Juegos Invictus.
Desde que se supo que iba a regresar a su país de origen, surgieron muchas preguntas: ¿Iba a reunirse con su padre? ¿Se acercaría hasta el hogar de Guillermo (41 años) y Kate para ver cómo están llevando esta situación? ¿Harían ellos algún acercamiento? ¿Iría Meghan Markle? Todas las dudas quedaban resueltas ayer mismo con un comunicado urgente del hijo pequeño de Diana de Gales.
"Desafortunadamente, no será posible el encuentro debido al programa completo de su Majestad. El duque de Sussex comprende la agenda de compromisos de su padre y sus prioridades, espera verlo pronto", se podía leer en el documento. Esta decisión no era una sorpresa, ya que días antes salió a la luz que su progenitor había solapado su agenda con la de su hijo, impidiéndole acudir al evento de Harry.
Las preocupantes imágenes del rey Carlos III después del desaire al príncipe Harry
Una vez aclarado que no habría reencuentro real, Harry aparecía hoy en el acto de los juegos, sonriente y relajado. Una actitud que denotaba mucha calma y tranquilidad a pesar de la atención que su visita ha generado. En cambio, unas imágenes de su progenitor, abandonando el castillo de Berkshire, han generado cierta preocupación.
Montado en un coche oficial, Carlos III, muy serio, mira por la ventana del vehículo sin poder ocultar ciertos rasgos de cansancio. Pero lo que ha llamado más la atención es su boca, que se percibe enrojecida y algo inflamada. Unas fotografías que han vuelto a focalizar la atención en la salud del marido de la reina Camila. ¿Puede ser que sean llagas? ¿Tiene algo que ver con su tratamiento? No podemos saberlo, pero la aparición de estas instantáneas han acentuado la tensión alrededor de la Corona inglesa.
Las exigencias que han llevado a Carlos III a solapar su agenda con la de su hijo, el príncipe Harry
Que Guillermo y Harry no se iban a encontrar era algo que parecía muy claro desde que se anunció el regreso del príncipe. No obstante, la gran incógnita era si padre e hijo tendrían una reunión para ponerse al día y comprobar el estado del rey. Ante muchos rumores, la semana pasada se hacía pública la agenda del rey. Desde que anunció su vuelta a las obligaciones institucionales, el monarca ha pedido que lo "sobrecarguen" con compromisos. Una forma de demostrar al país que quiere seguir adelante con sus deberes reales y que se puede vivir con esta enfermedad.
En concreto, este 8 de mayo, el marido de la reina Camila está ocupado con varios actos vinculados con el primer aniversario de su Coronación, que han tenido lugar en los jardines del Palacio de Buckingham. Así, se hacia totalmente imposible su asistencia a los Juegos Invictus, a los que Harry había invitado a su familia como un último movimiento por acercarse a ellos.
Pero, ¿Por qué hacer este movimiento? Sabemos que entre el príncipe de Gales y el duque de Sussex hay ciertas historias y cuentas pendientes que han hecho que los hermanos se alejen, pero ¿Cuál es el motivo de la distancia real entre Carlos y su hijo? Al parecer, según ha informado Charlotte Griffiths, experta en Casa Real a medios británicos, el monarca no quiso ceder a algunas peticiones del marido de Meghan Markle.
Después de algunas negociaciones "difíciles", cuando parecía que llegarían a un acuerdo, el príncipe hizo "ciertas exigencias" sobre las personas que podían estar presentes en la sala para dicha reunión. "Sabemos que a Carlos le gusta encontrarse con Harry y Camilla en la misma habitación, lo cual no siempre es una decisión popular. Harry también estaba sin su esposa, así que esto estuvo lleno de dificultades", ha explicado Griffiths a 'GB News', como recoge 'The Mirror'.