Desde que se supo que Kate Middleton (42 años) había sido sometida a una operación abdominal, la curiosidad por su estado de salud se disparó. Un hecho que se acentuó cuando trascendió que había habido un contratiempo con su postoperatorio. Sin embargo, a pesar del gran interés de los ciudadanos británicos, los medios de comunicación y la propia Casa Real han optado por el silencio. Un gran hermetismo que ha llevado, incluso, a la ausencia de la prensa a las puertas del hospital.
Este cambio choca, ya que la reacción inicial de varios medios fue cubrir lo máximo posible la dolencia de la princesa de Gales. No obstante, una semana después, el tema no aparece en ningún medio de comunicación. ¿A qué se debe este silencio? La razón principal sería la gravedad de la dolencia que habría llevado a la princesa a pasar por quirófano. Muchos medios extranjeros han especulado al respecto, pero sin ninguna base.
¿Por qué los medios de comunicación británicos no han informado del estado de salud de Kate Middleton?
La única información que podría contener cierta verdad es la que ha facilitado Angela Levin, biógrafa de la reina Camila. La escritora acudía el pasado lunes a un programa de televisión para afirmar que lo que había llevado a la esposa del príncipe Guillermo al hospital habría sido un problema de salud mental. ¡Y aún más! Levin aseguró que su situación era parecida... ¡a la de Lady Di! Una declaración sorprendente y preocupante que, de ser cierta, debería llamar la atención de la prensa británica y, más aún, viniendo de una voz autorizada como la biógrafa de la reina consorte.
Pero nada. Silencio. Página en blanco. Los grandes medios británicos se han desentendido de este tema y solo los más pequeños han seguido el caso. Tanto es así que retiraban a los fotógrafos de The London Clinic, de manera que ningún aspecto de su convalecencia trascendiera. Ni de movimientos de la propia Kate como de visitas más allá de la de su marido. ¿A qué se debe? El portal 'Vanitatis' ha hablado con varias versiones de reporteros de la prensa británica que han trasladado dos datos clave. El primero es que no se ha recibido ningún aviso del Palacio de Buckingham y el segundo es "por respeto". Así es. Los periodistas de Reino Unido han querido seguir la petición de la princesa en el primer comunicado que se emitió, solicitando vivir esta dolencia en la intimidad.
La salud de varios miembros de la familia real británica, en el punto de mira
La intervención de Kate Middleton fue la primera que Casa Real dio a conocer. Una operación abdominal obliga a la princesa de Gales a estar ingresada durante los próximos 10 o 14 días en The London Clinic. Una convalecencia que continuará a posteriori en su hogar, junto a sus hijos, y que la mantendrá lejos de actos y eventos oficiales hasta después de Semana Santa. En un primer momento, tal como informó la propia Casa Real a través de un comunicado, la operación habría salido perfectamente y la princesa de Gales estaría reposando.
No obstante, hace unos días salía a la luz un posible contratiempo en el postoperatorio que hacía que su situación fuera más delicada. Una información obtenida por un asistente de la Casa Real de allí que aseguraba a Concha Calleja en el programa ‘Fiesta’ que algo podría haber ido mal. "La situación en general era tan grave como para que todo el mundo supiese que algo andaba mal, y ese ha sido el motivo por el que la Casa Real han decidido mandar esos dos comunicados”, explicaba Calleja. Para estar pendiente de ella, el príncipe Guillermo ha despejado sus compromisos institucionales, convirtiéndose en el gran apoyo de su esposa.
Kate no es la única en pasar por quirófano. Esta misma semana el propio rey Carlos III se someterá a una operación por una dolencia muy habitual: un agrandamiento de la próstata que se solucionará con una intervención correctiva. Un comunicado mucho más detallado y abierto que el de Kate, que giraba los focos hacia su figura. Algo que se ha interpretado ya como un gesto del rey hacia su nuera para que pudiera pasar esta situación sin la presión mediática. Pero aún quedaba el golpe final: el fin de semana pasado salía a la luz que Sarah Ferguson había sido diagnosticada con un cáncer de piel muy agresivo, apenas seis meses después de su operación por cáncer de mamá. Esta noticia ponía en el punto de mira la salud de los miembros de la familia real, que no está pasando por su mejor momento.