Marius Borg (27 años) está suponiendo un fuerte quebradero de cabeza para la corona noruega. Aunque el hijo mayor de la princesa Mette-Marit no tiene ningún título oficial, sus escándalos han salpicado de lleno no solo a su madre sino también al resto de la familia real.
En medio de un litigio judicial acusado de agresión por una de sus ex novias, Marius volvía a ser detenido en Oslo hace apenas unos días por una supuesta violación que le podría llevar 10 años a prisión en el caso de que se consiga demostrar la agresión. "El hombre de 27 años es sospechoso de haber tenido relaciones sexuales con una persona que estaba inconsciente o incapaz por otras razones de oponerse a este acto", rezaba el comunicado de la policía.
A lo largo de todos estos meses en los que el hijo de Mette-Marit ha sido detenido hasta en tres ocasiones por temas muy graves, se ha criticado mucho la "actitud protectora" de la princesa noruega además del silencio, para muchos revelador, de los reyes.
Lejos de guardar silencio, los medios noruegos han puesto el foco en Mette-Marit y lanzan serias acusaciones contra ella. Según el periódico local 'VG', fue la mujer del príncipe Haakon quien "advirtió" a su hijo de que la policía iba a su domicilio para arrestarle, tiempo en el que el joven pudo eliminar pruebas concluyentes. "La Policía y Marius acordaron por teléfono reunirse en la escuela Jansløkka, cerca de Skaugum Estate, donde fue detenido. Después de la llamada telefónica transcurrieron 33 minutos, durante los cuales la princesa heredera, supuestamente, limpió la casa de su hijo y luego lo llevó al punto de encuentro", asegura el citado medio.
Los movimientos imprudentes por parte de Mette-Marit no se quedarían ahí. Al parecer, la princesa se puso en contacto con la víctima, una comunicación que se interpretó como "un intento de presionarla". Y continuan: "No se registró la casa porque Marius entregó voluntariamente su teléfono celular". Un teléfono sin tarjeta SIM que estaba completamente roto, apuntó Dana Press. El escándalo en Noruega es mayúsculo, una polémica que estaría haciendo tambalear la inminente sucesión al trono del príncipe Haakon.
El príncipe Haakon de Noruega, muy preocupado por el estado de Mette-Marit
El último arresto de Marius ha pillado al príncipe Haakon de viaje oficial en Jamaica. Al tanto de todo, ha sido él, como miembro de la familia real, el primero en dar declaraciones al respecto. "Hay acusaciones graves a las que ahora se enfrenta Marius. Por supuesto, pensamos en todas las víctimas", expresaba el heredero al medio local NRK.
Haakon no ha querido perder la oportunidad de mostrar su apoyo incondicional a su mujer, quien lo estaría pasando realmente mal con todo esto. "Me hubiese gustado estar hoy con Mette-Marit en casa. La extraño", confesaba con cierto pesar. Finalmente, sostiene que lo más importante en estos momentos es dejar que los investigadores hagan su trabajo, y sentencia: "Confío en que lo harán de buena manera".
A pesar de la actitud rebelde que siempre ha rodeado a Marius, siempre se ha dicho que su relación con Haakon es muy buena. Cabe recordar que el joven solo tenía 3 a��os cuando el príncipe se enamoró perdidamente de su madre. Una historia de amor de película que defendió a capa y espada hasta que sus padres terminaron aceptándola. Prueba de ese fuerte vínculo, es que el heredero al trono noruego canceló parcialmente su agenda oficial para acompañar al hijo mayor de Mette-Marit a un centro de desintoxicación en el Reino Unido. Un día más tarde era su mujer, quien se encuentra de baja médica a consecuencia de la enfermedad que padece, quien fue fotografiada visitando a su hijo en este lugar. Tanto Haakon como Mette-Marit están luchando porque Marius salga del infierno de adicciones en el que se encuentra desde hace años.
No obstante, de vuelta en Oslo, Marius Borg solo ha necesitado unos días para volver a hacer tambalear las paredes de palacio con un supuesto delito que le podría llevar a prisión. Una situación crítica que ha colocado a su progenitora en una posición muy complicada ya que su faceta como madre se enfrenta de manera irremediable a sus obligaciones institucionales como princesa heredera.