Por qué el vídeo de Kate Middleton ha cambiado la historia y la reina Letizia o Charlene de Mónaco deberían estar ya tomando nota

Las últimas imágenes de Kate Middleton, unidas al escándalo que remueve las redes sociales desde hace semanas, suponen un cambio radical de paradigma en cuanto a las monarquías, sus comportamientos y sus vertiente pública

José Confuso

Director digital de Lecturas

Actualizado a 20 de marzo de 2024, 13:00

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Ya nada va a volver a ser lo mismo. Cuando pensábamos que la monarquía era algo que se había apartado del interés del público más joven, ha llegado Kate Middleton para remediarlo. Desde que se anunciase la operación de la princesa de Gales, sus búsquedas en redes se han multiplicado exponencialmente -en Estados Unidos superan las de baseball-, las teorías se suceden de forma vertiginosa y hay un ejército de influencers o aspirantes a influencer compartiendo análisis en Tik Tok con cada movimiento, sea verdadero o falso. El escándalo Middleton ha llegado para cambiarlo todo.

La salud de la princesa de Gales se ha convertido en el nuevo ‘true crime’ que hay que resolver como sea. Poco importa que las redes se hayan llegado de afirmaciones y descubrimientos que poco tienen de reales -desde que la BBC ha cambiado a negro su logo o que iba a emitirse un comunicado bomba-. Poco importa que el final de una historia que, por lo que parece, no ha hecho más que empezar. Si desde Casa Real británica se pretendía proteger la intimidad de Kate Middleton y apartarla del foco mediático, han logrado todo lo contrario. Y es que las reglas que regían estas instituciones ya no valen.

Lo hemos podido ver antes ya con las ausencias de Charlene de Mónaco o el affaire de Federico de Dinamarca. Las vetutas comunicaciones de las Coronas europeas no han logrado aguantar el pulso de la actualidad. Diferencias entre imágenes veraces o falsas, entre informaciones correctas o incorrectas es ahora más complicado que nunca. Y si desde la propia institución se juega a esto, las consecuencias pueden ser catastróficas. ¿Ha llegado el momento de abrir la mano y dejar el control férreo? En otras Casas Reales ya han tomado nota.

El ejemplo de la reina Letizia y su nueva forma de comunicar

No es la de Kate Middleton la primera fotografía editada que emite una Casa Real. Tenemos ejemplos en la nuestra propia. Uso indiscriminado del Photoshop haciendo pasar por lo que no es. ¿Pretendía la princesa de Gales que nadie se diese cuenta del engaño? El control que parece que Kate y Guillermo hacen de su imagen, al margen de su equipo de comunicación, está dejando flecos complicados defender. Es el momento de cambiar de estrategia y apostar por una naturalidad más cercana. Un paso que la reina Letizia lleva tiempo haciendo.

Criticada por su frialdad y su distancia, la reina se ha convertido en los últimos tiempos en la valedora de la institución. Cada una de sus apariciones se convierten en noticia ya no solo por lo que lleva, sino por su mensaje. Su dicción, sus discursos, su forma de relacionarse, todo está medido para que parezca que no está medido. Letizia rompe el cordón de seguridad y se acerca a los ciudadanos para hacerse selfies, grabarse vídeos e improvisar ante las cámaras. Sabe que eso va a ser mucho más viral que nada que se planee desde palacio.

Posiblemente, Kensington no ha sabido medir el alcance de lo ocurrido. Extraño cuando se trata de una operación y una baja laboral extensa de la mujer del heredero al trono. Cualquier cosa es noticia y más si se la rodea de aun misterio completamente innecesario. ¿Qué hubiese pasado aquí si Letizia estuviese de baja? ¿Se hubiese comunicado minuto a minuto? La opacidad ha sido la nota que ha marcado todo lo relacionado con la Casa Real desde los tiempos de Juan Carlos y Sofía. Hacer un cambio así es complicado.

Las ausencias constantes de Charlene de Mónaco y el misterio del Principado

Si alguien sabe de ausentarse y de largas temporadas alejada de la prensa, esa es la princesa Charlene de Mónaco. La mujer del príncipe Alberto ha llegado a residir fuera de palacio y generar un sinfín de noticias acerca de su verdadera imagen, su verdadera salud. Una operación estética mal realizada hacía que tuviese que permanecer en Sudáfrica durante un tiempo apartada de todo. Claro que los escándalos en la Casa Real monaguesca están a la orden del día.

El efecto que Kate Middleton ha tenido entre, sobre todo, la población más joven y más habitada a Tik Tok podría hacer que todo la comunicación de Charlene cambiase por completo. ¿Y si es la próxima princesa que desaparece? ¿Quedaría la especulación en las páginas de las revistas? Por supuesto que no. El público ha encontrado en las fotografías de Kate, en su misterioso paradero y en su aspecto extraño los ingredientes para construir su historia. Sea esta la que sea.

La popularidad de los príncipes de Gales, unida a los escándalos que ya han rodeado a los británicos -desde el príncipe Andrés hasta el príncipe Harry- hacen que su exposición sea casi incomparable. Pero debería tomarse buena nota.

Mary Donaldson y lidiar con el escándalo estando en el foco de atención

Poco tiene que ver la prensa danesa con la británica. Mientras los tabloides londinenses han dado buena cuenta del minuto a minuto de Kate Middleton, en la prensa danesa el asunto de Federico se trató con un tacto más propio de otras épocas. Por supuesto que se habló -y se sigue hablando- y por supuesto que su velada con Genoveva Casanova en Madrid fue noticia, pero nada que ver con el brutal despliegue de la princesa de Gales. ¿Habría aguantado esta presión interna el hoy ya rey?

Mary Donaldson cogió las maletas y se trasladó a su Australia natal en mitad de la crisis de Federico de Dinamarca. Los rumores afirmaba que no tenía pensado regresar. Sus apariciones juntos habían sido tensas y anecdóticas. Algo estaba cambiando en la Casa Real danesa. ¿Qué pasaría si se supiese que Kate Middleton reside ahora mismo en otro país? ¿Reino Unido se vería abocado a una crisis institucional sin precedentes? Posiblemente.

El uso que de las imágenes se ha hecho en todo lo relacionado con la princesa de Gales abre un peligroso frente: la duda de la veracidad. ¿Es Kate la que pasea con el príncipe? ¿Es una doble? ¿Es una imagen retocada? ¿Es un engaño para hacer creer que la princesa está bien? Poco parece importar ya la respuesta. Esta ya se ha dejado clara desde el primer minuto: no es la princesa de Gales y algo nos ocultan.

Las enseñanzas que debería aprender Kate Middleton y la Casa Real británica

El miedo del príncipe Guillermo a los medios, tras lo vivido con su madre, Diana de Gales, ha hecho que su desconfianza sea máxima. Puede que ahí resida el tratamiento tan poco profesional que se ha hecho de todo lo relacionado con la enfermedad de la princesa. Quieran o no, los tiempos han cambiado, los canales son otros y los ciudadanos no se conforman con menos. La comunicación institucional que servía hasta ahora, ya no lo hace. Y hay que verlo venir.

Con la crisis que supone el cambio de reinado, sobre todo tras el longevo de Isabel II, y la marcha de los duques de Sussex, ¿podría la Casa Real permitirse dejar caer a sus miembros mejor valorados? ¿Van a convencerse los ciudadanos británicos con las explicaciones que pueda dar la princesa de Gales en el futuro? Contando que se duda incluso de su propio físico, parece difícil. Al final, un engaño siempre es complicado de resolver.

Son muchas las voces que desde la prensa y los medios afirman que una aparición de Kate Middleton lo cambiaría todo. De hecho, los propios tabloides se dan por satisfechos con el vídeo de los príncipes saliendo de comprar. Kate ha vuelto y está bien. Fin del asunto. Mientras tanto, las búsquedas siguen subiendo como la espuma. La gente lo pregunta por la calle. Todo el mundo habla de Kate. Y esto no se frena de un día para el otro.

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