Bien, se ha consumado. Letizia ha vuelto al redil: se ha visto obligada a asistir al cumpleaños de la infanta Elena junto a su detestada familia política. La decisión de acudir al festejo la comunicaron los reyes el día antes, causando sorpresa en la homenajeada ya que no contaba con ellos, a pesar de que los había convidado. La comida tuvo lugar en el restaurante Pabú, propiedad de un hijo de Eduardo Montes, expresidente de Siemens, íntimo amigo de Juan Carlos, que fue quien reservó el lugar y pagó el banquete.
Aceptar la invitación debió costarle a Letizia sangre, sudor y lágrimas. La reina feminista, capaz de gestos tan singulares como recibir por primera vez en la Zarzuela a representantes del colectivo LGTBI, llevar ropa elaborada por víctimas de la trata o decirle a un diplomático, “no me beses la mano, vamos a estrechárnosla como hacen los hombres”, ha tenido que agachar la cabeza para hacerse perdonar y recibir el respaldo, en estos momentos tan delicados, de su familia política. Una cuñada a la que apartó de su lado cuando fue imputada en un delito de estafa, una suegra que no deja de victimizarse a su costa, unos sobrinos frívolos y, sobre todo, un suegro sobre el que pesan serias sospechas de corrupción. Y que, en Abu Dabi, hace mofa de ella y se ríe de sus desgracias.
Las bombas de Jaime del Burgo, excuñado de Letizia
¡Sus desgracias, los mensajes de Jaime del Burgo! Esas pequeñas bombas de relojería que el navarro ha ido detonando día a día en las redes sociales, en las que aseguraba haber mantenido una relación extramatrimonial con la reina dura te dos años. Eso ha sido lo que ha vuelto la vida de Letizia del revés, ha pasado de ser una reina empoderada, segura de sí misma, que había conseguido ganarse el afecto y el respeto de los ciudadanos, a ser presa fácil de la maledicencia pública.
Nuestra gran pregunta, más allá de la curiosidad morbosa e innecesaria que despiertan los detalles, era conocer en qué estado estaba el matrimonio. Si de la crisis había salido reforzado, como ha pasado en muchas ocasiones, o si en realidad la pareja se mostraba unida, pero en la intimidad ya no había relación conyugal...
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