Otro escándalo para la boda Marta Luisa de Noruega y Durek Verrett: los novios se hacen de oro con un negocio paralelo

Ha sido la prensa noruega la que ha sacado a la luz el último escándalo que ha empañado la boda de Marta Luisa de Noruega y Durek Verrett

José Confuso

Director digital de Lecturas

Actualizado a 1 de septiembre de 2024, 14:40

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El dinero mueve todo. Aunque en un primer momento Marta Luisa de Noruega y su ya marido Durek Verrett afirmaban que haber suscrito una exclusiva con una revista y una plataforma de streaming no era más que una forma de agradecer el cariño con el que les han tratado, la verdad comienza a ver la luz. Ha sido la propia prensa noruega, profundamente decepcionada por las decisiones de la hija del rey Harald, quien ha sacado a la luz el escándalo económico que ha supuesto el enlace.

La pareja no solo ha vendido una exclusiva para distribuir el material de la boda. También ha firmado un contrato con una plataforma para explicar su relación y cómo han llegado hasta aquí. Pero no queda todo en esto. Los invitados a la boda por todo lo alto de la hija del rey de Noruega también tuvieron que rascarse y mucho el bolsillo. Un desembolso que superaba todas las expectativas y que ha hecho que también muchos se hayan sentido estafados.

Han sido los propios invitados los que han roto su silencio en medios noruegos para narrar lo que allí vivieron. Marta Luisa y su ya marido han logrado enfurecer a los noruegos, a la prensa y hasta a sus propios invitados. La verdad es que es un récord para una boda tan comentada.

Los invitados de Marta Luisa de Noruega en pie de guerra

Tal y como relata el medio 'Se og Hør', a los invitados a la boda de Marta Luisa de Noruega no les ha salido la jugada demasiado económica. Asistir a un enlace nunca es barato. Hay que desembolsar viajes, regalos y estilismos. Y si hablamos ya de una boda con la Familia Real, sin duda la cosa se multiplica. Lo que nunca hubiesen imaginado los invitados al 'sí, quiero' de la hija del rey Harald es que la suma se iba a incrementar de forma alarmante.

“La boda real en Geiranger fue un asunto costoso para aquellos que tuvieron la suerte de recibir una invitación. Cada invitado tuvo que gastar una media de 32.000 coronas noruegas, más el regalo de bodas”, apuntan desde el medio. Unos 2.700 euros de medio por cabeza para pasar los jornadas de celebración junto a la pareja real. Además de los gastos propios que supone un evento de estas características.

Marta Luisa de Noruega y Durek Verrett organizaron un negocio paralelo muy lucrativo. Los invitados, a su llegada a la celebración, recibían cinco vales para consumiciones. Cinco vales que les debían durar durante las 4 convocatorias que había organizado la pareja. Una vez gastados estos vales, todo lo demás corría de su cuenta. Es de imaginar que si los novios han organizado varias comidas y cenas, cinco consumiciones saben a poco.

Regalos, consumiciones y mucho dispendio económico

“En las bodas noruegas es habitual que los propios invitados paguen el viaje y el alojamiento. Si bien es costumbre que los novios y su familia paguen la cena de boda y las bebidas”, asegura la prensa local. No ha sido así para Marta Luisa y Durek. Los invitados a su boda han tenido que hacer frente a muchos de los gastos que, de forma habitual, asume la familia de los novios. Según explicaban los invitados a la prensa, cada nueva consumición tenía un coste de 20 euros.

La felicidad que desprendían los enamorados poco tenía que ver con la realidad de sus invitados. Tampoco con la de los noruegos. Fueron muchos los que se acercaron hasta las inmediaciones de la celebración para poder ver a la Familia Real y a la pareja de contrayentes. En un primer momento se quedaron con las ganas, ya que Marta Luisa y Durek habían protegido todo con sábanas para no ser fotografiados.

Finalmente, los novios sí salieron a saludar a los presentes. Estos se habían organizado su propia celebración en las inmediaciones, viendo que no iban a poder ver nada de la boda. Como medida de protesta, vistieron todos de rosa, el color que habían indicado que no se podía llevar en los estilismos para la boda.

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La prensa noruega, también en pie de guerra

La venta de la exclusiva de la boda a una revista había hecho que las asociaciones de prensa lanzaran el grito al cielo. Era la primera vez en décadas que no iban a distribuirse imágenes de una boda ligada a la Familia Real. Los comunicados de las principales asociaciones fueron duros y contundentes. Nadie entendía la decisión de Marta Luisa. Aun así, los medios se han hecho eco de lo poco que se ha podido fotografías.

“Parece un poco triste”, ha asegurado el secretario de la Asociación a la revista 'NRK'. “Y da una señal de que de esa manera el público quedará excluido. No se ve bien desde el punto de vista de nosotros, que estamos prohibidos. Esto es lo que se temía”. Los novios, por su parte, afirmaban en su exclusiva haberse sentido muy bien tratados por los noruegos, pero no así por la prensa. Esta era su forma de evidenciarlo ante el mundo.

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