Nueva alarma en la Casa Real británica: la situación crítica del príncipe Andrés pone en jaque a la Corona

A punto de cumplirse tres años desde que Isabel II despojara a su hijo Andrés de todos sus títulos militares debido a sus problemas judiciales por el caso Epstein y continuó con la supresión de su asignación oficial, el duque de York sigue copando titulares dentro y fuera de Reino Unido. 

Desde su ascenso al trono en mayo de 2023, Carlos III lo ha hecho todo por desligarse de los escándalos de su hermano. Fue él quien tomó la determinación de retirarle la retribución económica como miembro en activo de la corona británica y meses después le pidió que abandonara la casa de Royal Lodge en la que había residido hasta entonces. Algo a lo que el duque de York se negó en rotundo. 

A pesar de haberse enfrentado al Rey saliendo victorioso porque salió a la luz que tiene un contrato de arrendamiento hasta 2078, la situación del príncipe Andrés es crítica. Según la prensa inglesa, lleva una vida completamente ajena al foco mediático. Pasa gran parte de su tiempo en casa, una propiedad dentro del Castillo de Windsor donde disfruta de la naturaleza, pasea a caballo, pasa tiempo con sus hijas y sus nietos, lo único que le hace feliz en estos momentos. 

Eugenia y Beatriz de York, muy preocupadas por su padre

A pesar de las polémicas que le persiguen desde hace años ni Eugenia ni Beatriz le han dejado solo. Las princesas de York son conscientes de la situación institucional, pero su papel como hijas les empuja a estar cerca de su progenitor. Así, hace unos días eran fotografiadas en las inmediaciones de Royal Lodge para visitarle. 

Ante este panorama tan delicado y los problemas financieros que arrastra, Eugenia y Beatriz, que está embarazada de su segundo hijo, han tomado una determinación con la que dan la espalda a la Corona. "Para Beatriz y Eugenia es muy importante que su padre se distraiga de todos los escándalos que le rodean. Se turnan para pasar los fines de semana con él y traen a sus hijos para mejorar su estado de ánimo", aseguran desde ¡Hello!.

Y no se quedan ahí. Y es que con el resto de miembros de la familia volcados en la estabilidad de la Corona, ellas son las únicas que permanecen a su lado, "protectoras y leales con su padre". 

Una misteriosa herencia con un fin único

El príncipe Andrés ya no desempeña ningún papel en la familia real, un adiós obligado que trajo consigo el fin de su apoyo financiero, 1 millón de libras anual que actualmente se ha transformado en cero. Esta nueva realidad ha afectado de manera inevitable al dique de York. 

El 'Daily Mail' va más allá y habla de la fortuna que ha sido capaz de amasar el hijo mediano de Isabel II a lo largo de su vida. Aunque se desconoce la cuantía exacta, siempre se ha dicho que la soberana no solo mantuvo a sus hijos en vida sino que también hizo provisiones para que cuando no estuviera ninguno tuviera ningún problema económico. 

Al margen del tema económico si hay algo que ha suscitado un fuerte quebradero de cabeza a Carlos III es Royal Lodge. Se trata de una mansión de 40 hectáreas que pertenece al patrimonio real pero que se entregó a Andrés en usufructo. De ahí que por mucho que él desee que la casa sea para sus hijas, "no tiene poder para traspasarla". Sea como fuere, el destino de la fortuna del príncipe Andrés irá destinado íntegramente a sus dos hijas. 

La familia Windsor, juntos por Navidad

Tal y como aseguran los medio británicos el príncipe Andrés habría recibido la invitación de su hermano mayor para pasar la Navidad en Sandringham junto al resto de la familia. Después de meses distanciados en los que el monarca llegó a expulsarle del Castillo de Windsor, Carlos III habría echado un paso atrás después de haber hecho frente a uno de los años más complicados de su vida. ¿El motivo? Una fuente cercana a palacio afirma que "se comprometió con su madre, Isabel II, a cuidar de él" y piensa cumplirlo desde su faceta como hermano pero jamás como Rey.