Si algo ha caracterizado al príncipe Harry a lo largo de su infancia y juventudha sido su rebeldía. En numerosas ocasiones se ha convertido en el centro de la polémica por salirse de lo que establece el protocolo de la familia real británica. Fiestas, salidas con amigos o relaciones no bien vistas por su familia son algunas de las cuestiones que en su momento le pusieron en el punto de mira. Pero él siempre ha tenido claro que su vida ideal no estaba ligada a los compromisos con la corona. Por eso, cada vez que podía, llevaba a cabo alguna estrategia para poder llevar una vida similar a otros jóvenes que no tenían nada que ver con la monarquía británica. Una de las cuestiones para las que llevó un plan secreto fue para tener presencia en redes sociales.
Lo normal es que los miembros de la realeza cuenten con perfiles oficiales en Facebook o Instagram, y es extraño que tengan perfiles personales. Pero él, como el resto de jóvenes, en su día quiso hacerse una cuenta de Facebook con la que dejar a un lado su papel de ‘royal’. De ahí que decidiera utilizar un pseudónimo para intentar pasar lo más desapercibido posible. Y el nombre que eligió para estar presente en esta red social fue Spike Wells. En esta cuenta llegó a tener hasta cuatrocientos amigos y la mantuvo activa durante cuatro años aproximadamente.
Pero llegó un momento en el que la tuvo que cerrar. Fue en 2013, cuando le rodearon muchos escándalos relacionados con fiestas y mujeres. Por mucho que él intentara llevar con máxima discreción su red social, al final su familia tenía pleno conocimiento de ello. Y para evitar que hubiera imágenes o comentarios que dañaran la imagen de la familia, le pidieron que cerrase su perfil.
En la actualidad la situación del príncipe Harry es un tanto diferente. Ha pasado de ser muy activo en las redes sociales oficiales de la familia a no tener (al menos que se sepa) perfiles en Instagram y Facebook. Tras el ‘Megxit’ prefiere mantenerse al margen de todo esto.