Como cada año los fans de la familia real británica se agolpan en los terrenos de Sandringham el día de Navidad para ver al príncipe Guillermo, a la reina Camila y el resto de miembros de la corona mientras asisten al tradicional servicio religioso pero sin duda este año a quien todos quieren ver especialmente es a Carlos III (76 años) y Kate Middlenton (42 años) porque ambos fueron diagnosticados con la misma enfermedad.
La multitud, algunos vestidos con gorros de la bandera del país y otros con trajes navideños, se ha ido reuniendo en la finca de Norfolk desde primera hora de la mañana. Pero lo cierto es que algunos ciudadanos fueron más precavidos y llegaron anoche para conseguir una posición mucho más privilegiada para cuando llegara toda la familia. Los monarcas se han dirigido a la Iglesia de Santa María Magdalena a las 11:10 (con unos minutos de retraso) acompañados por los príncipes de Gales y sus hijos, George, Charlotte y Louis, antes de que el discurso de Carlos III se retransmita a toda la nación esta misma tarde.
La familia real británica, y especialmente Isabel II, tiene un cariño muy importante por esta finca de 8.000 hectáreas en la que han vivido numerosos momentos. Y es que desde que la monarca la heredara de su padre, cada año todos los miembros de la corona de Reino Unido se han convertido en grandes devotos de la casa de Sandringham. Sin duda para todos es un lugar de reunión que deja muy bonitos momentos.
La Navidad de la la corona británica en estos días siempre produce una serie de imágenes de aplomo y tradición mientras todos caminan juntos hacia la iglesia. Kate ha querido hacer este año un guiño a Camila y ambas han elegido el mismo tono de verde para su look. Acompañadas por sus maridos y los pequeños de la casa, todos juntos han hecho el recorrido hacia el templo muy sonrientes y felices porque por fin parece que las cosas empiezan a mejorar. Se han acercado a los simpatizantes, han recibido algunos regalos y han charlado también con algunos de ellos. Eso sí, la verdad es que detrás de las sonrisas y los saludos a los que se acercan hasta allí, estas fechas tan festivas para la familia no siempre han sido alegres. De hecho, como en todas las casas, a lo largo de los años la finca privada de Norfolk ha sido escenario de peleas reales, conversaciones incómodas y sorpresas navideñas.
Cabe destacar que Kate, Guillermo y sus tres hijos han ido un paso por detrás de Carlos y Camila. Los monarcas encabezaban el paseo para marcar que por el momento ellos son los reyes. Y es que durante estos días la prensa británica se había hecho eco de un pequeño disgusto del rey porque la popularidad de su hijo y de su nuera era mayor que la suya. Tras todos ellos aparecía también en escena Beatriz de York junto a su marido, Edoardo Mapelli Mozzi, y su hijastro, Christopher Woolf. Tampoco se han querido perder la misa Sophie de Wessex y su hija Louise o Peter Phillips, primogénito de la princesa Ana y su primer marido.
Por supuesto ha habido evidentes y sonadas ausencias. A este enclave familiar no han acudido Meghan y Harry, cuya relación con la familia no es la mejor en estos momentos, o el príncipe Andrés, que no solo estaba vetado por la acusaciones de abuso sino que este mismo diciembre se ha visto envuelto en el escándalo protagonizado por un espía chino que llegó a visitar el palacio de Buckingham y el castillo de Windsor y pudo tener acceso a información privilegiada.
Quienes tampoco han aparecido por Sandringham en este día de Navidad han sido la princesa Eugenia o Sarah Ferguson. Y es que ambas han estado al lado de Andrés en estos momentos tan complicados. Suponemos que han preferido estar con él para acompañarlo en estas fechas.
En este 2024 todos estaban muy expectantes por la llegada de todos, pero sobre todo por la del rey y la princesa de Gales. Ambos van a despedir el peor año de sus vidas por cupa del cáncer. Mientras Carlos continúa con su tratamiento y lo seguirá teniendo al menos durante los primeros meses de 2025, parece que Kate ya está casi recuperada de todo. Fue el pasado septiembre cuando anunció que había terminado la quimioterapia pero aseguró que a pesar de no tener que estar con más medicación todavía le quedaba mucho camino por recorrer.
La Navidad en Sandringham
Además de esta tradicional misa, los miembros de la realeza que llegan a Sandringham para celebrar la Navidad con el rey Carlos y la reina Camila se encuentran con un programa repleto de actividades. Puede que el monarca haya modernizado un poco las cosas desde que comenzó su reinado, pero poco ha cambiado desde la época de la reina Isabel II como anfitriona, cuando el maestro de familia imponía un estricto horario festivo de 72 horas.
En este horario se incluían instrucciones detalladas sobre cuándo los invitados debían despertarse, reunirse para tomar una copa, comer e incluso retirarse a dormir. "Todavía sigue vigente y es realmente agotador", cuenta en 'The Mirror' el autor real Robert Jobson. "Un minuto estás haciendo una cosa, al siguiente tienes que cambiarte para tomar un refrigerio y luego ponerte las mejores galas de nuevo para cenar", añade.