La vuelta al trabajo de Máxima de Holanda (52 años) ha sido muy intensa. Después de dos meses de vacaciones en su refugio griego, la argentina ha retomado su agenda institucional esta semana con cuatro apariciones públicas. Tras un fugaz viaje a Nueva York, la mujer del rey Guillermo volvía a casa para presidir una reunión sobre salud mental, acto en el que sorprendió a todos con su nueva adquisición estilística, un bolso con una rana de cerámica en forma de asa.
Pero los compromisos oficiales de Máxima no terminaba ahí y este jueves cerraba su agenda en compañía de su marido. Ni siquiera la lluvia ha ensombrecido su paseo por Gelderland donde han sido recibidos por multitud de curiosos.
Una vez más, Máxima y Guillermo han hecho gala de su naturalidad durante la visita. No han dudado dejarse caer por las zonas rurales donde eran inmortalizados con animales, visitaron las instalaciones deportivas, charlaron animadamente con los vecinos... Pero de entre todo, ha sido la reacción de un niño lo que ha puesto la nota divertida a la velada.
Ni corto ni perezoso un niño en un alarde de sinceridad e ingenuidad les preguntó directamente a los reyes si "eran ricos". Lejos de callar, el rey Guillermo le sonrió al mismo tiempo que Máxima no dudaba en responderle. Sin entrar a afirmar o negar algo que es más que evidente teniendo en cuenta que sus sueldos son públicos, para dejar al pequeño tranquilo se limitó a decirle que solo eran "el rey y la reina".
El salario anual de Máxima de Holanda es de 1.067.000 euros, mientras que el de su marido asciende a 6.132.000 euros. Además, según 'Forbes' la fortuna del matrimonio se sitúa en 186 millones de euros aproximadamente. Una cantidad lo suficientemente importante como para poder confirmar que si son ricos.
Máxima de Holanda, a todo color bajo la lluvia
Con la lluvia muy presente, Máxima de Holanda le ha puesto el toque de color a la jornada con uno de sus looks más vibrantes. La argentina ha dado una nueva vida al conjunto verde flúor de Natan que estrenó hace apenas unos meses con motivos del aniversario de la coronación.
Compuesto por un jersey de líneas amplias con escote ancho y mangas murciélago, lo ha combinado con una voluminosa falda de largo midi a juego. No cabe duda que es una combinación que le encanta y es que por algo Máxima se ha ganado el título de la reina del color.
Esta vez se ha visto obligada a cubrirse con una bonita gabardina de color beige, un básico de fondo de armario cada otoño al que seguro que recurrirá en innumerables de ocasiones.
Como complementos, además del paragüas, tocado de color crema con bolso a juego. Merece la pena destacar que la monarca se ha tenido que cambiar de zapatos. Para su paseo por el campo optó por unos salones metalizados de tacón bajo, mientras que después se ha calzado sus ya icónicas sandalias asimétricas blancas de Natan.