El 60 cumpleaños de la infanta Elena ha dejado imágenes para el recuerdo. La primogénita de los reyes eméritos cerró el restaurante Pabú de Madrid para festejar su aniversario con sus seres queridos, una velada muy especial en la que estuvo acompañada por sus dos hijos, sus padres, sus hermanos, algunos de sus sobrinos y mucha gente más.
Esta es la segunda vez en menos de dos meses que la familia Borbón se reúne en su totalidad. La diferencia con el cumpleaños de la princesa Leonor o el de la reina Sofía es que la velada de este miércoles ha sido pública y notoria. Una comida que se extendió durante más de tres horas y que, tal y como reveló el propio rey Juan Carlos, fue "fenomenal". Sea como fuere, este reencuentro esconde una larga lista de mensajes que reflejan al detalle cómo es realmente la actual relación entre todos los miembros de la familia del Rey y qué pretenden reflejar con este llamativo e inesperado cambio.
Felipe y Letizia, invitados sorpresa
No es ningún secreto que doña Letizia ha tenido sus más y sus menos con don Juan Carlos a lo largo de los años. Pero parece que el tiempo (y la distancia) ha conseguido sanar las heridas. Fueron ellos quienes dieron el primer paso al invitarles al 18 cumpleaños de Leonor, misma guía que ha seguido Elena y los reyes aceptaron de buena gana con el objetivo de mostrar que las relaciones familiares vuelven a ser buenas.
Don Felipe y doña Letizia llegaron muy sonrientes y envueltos en una gran expectación. Fueron los últimos en llegar y los primeros en irse. Así, evitaron la fotografía junto a don Juan Carlos, quien abandonaba el restaurante solo unos minutos después. Y es que Felipe VI sigue firme en su decisión de mantener a su progenitor lejos para evitar poner en riesgo a la institución.
Las indirectas del rey Juan Carlos
Recién llegado desde Ginebra junto a su hija Cristina en avión privado, don Juan Carlos se mostró especialmente feliz ante esta velada familiar en vísperas de la Navidad. Tras la comida, el emérito abandonaba el restaurante junto a la infanta Elena, quien aprovechó la presencia de las cámaras para darle su lugar.
Lejos de guardar silencio, don Juan Carlos no dudaba en felicitar las fiestas a todos los presentes y responder a algunas de las preguntas de la prensa, mensajes que escondían una pullita directa al Palacio de la Zarzuela. "Ha ido todo fenomenal.Siento que no haya más", expresó a modo de queja para después puntualizar que Elena tendrá que cumplir otros 60 "para reunirnos todos".
El divertido saludo entre Juan Carlos y la infanta Elena
La infanta Elena es el ojito derecho de don Juan Carlos y eso se nota. Antes de despedirse hasta la próxima, padre e hija protagonizaron un adiós muy especial y cargado de simbolismo que empezaron con dos besos, una cruz en la frente y un divertido choque de manos. Al parecer, se remonta a la época de Alfonso XIII, saludo que don Juan Carlos ya realizaba con su madre y ha trasladado a su primogénita.
Esta complicidad esconde un mensaje con el que pretenden dejar claro que el emérito es muy querido por ella pese a todas las polémicas que le han salpicado en los últimos años.
La felicidad de la reina Sofía
Si hay algo que hace especialmente feliz a la reina Sofía es ver a toda su familia unida. Y aunque los últimos tiempos no han sido nada fáciles para ella, parece que el milagro de la Navidad se ha hecho entre la familia Borbón.
El rostro de la emérita hablaba por sí solo. Doña Sofía llegaba al local junto a su hija Cristina y no podía borrar la sonrisa de su rostro. Tener a sus hijos y a casi todos sus nietos en la mesa es algo insólito, y lo disfruta al máximo cada vez que tiene la oportunidad.
Leonor y Sofía, las grandes ausentes de la reunión familiar
Esta velada ha estado ensombrecida por la llamativa ausencia de Leonor y Sofía. Sabemos que la princesa de Asturias se encuentra en plena formación militar en el Pirineo de Huesca pero, ¿qué pasa con la hija pequeña de los reyes? Sabemos que Sofía cogió vacaciones en el UWC Atlantic College de Gales el pasado 8 de diciembre por lo que su ausencia ha sido cuanto menos reseñable.