Meghan Markle entró con mal pie en la familia real británica por culpa de un collar

La duquesa de Sussex lució una joya que no hizo ninguna gracia a Isabel II antes de hacer oficial su relación con el príncipe Harry

Actualizado a 30 de julio de 2020, 18:01

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Meghan Markle nunca ha terminado de encajar en la familia real británica. Durante los años que ha pertenecido a la corona son varias las polémicas que le han rodeado. Algunas han tenido que ver con su relación con algunos miembros de la familia como Isabel II o Kate Middleton. Y otras han estado relacionadas con algunos comportamientos o con saltos de protocolo que no han hecho ninguna gracia a los Windsor. Pero esto es algo que viene desde más atrás de lo que se podía imaginar. Antes de oficializar su noviazgo con el príncipe Harry, ya había algo que a la reina de Inglaterra le molestó muchísimo del comportamiento de la por entonces actriz. La biografía ‘Finding Freedom’, que tiene como protagonistas a Harry y Meghan y que verá la luz el próximo 11 de agosto, revela uno de los primeros conflictos de la duquesa de Sussex con su familia política que tiene mucho que ver con una joya.

Fue en 2016 cuando comenzaron los rumores sobre una posible relación con el nieto de Isabel II y una de las actrices con más fama de la televisión estadounidense. Durante un tiempo Harry y Meghan intentaron mantener su noviazgo en secreto, algo con lo que la familia real estaba de acuerdo. Pero mientras se escuchaban los comentarios sobre su posible idilio, Meghan Markle lució un collar de lo más significativo con el que dio una pista de que lo suyo con Harry iba en serio. Se trata de una joya de la firma The Right Hand Gal personalizada con la letra H y la letra M, las iniciales del matrimonio. Con este collar Meghan dejaba claro que alguien cuyo nombre empezaba por H era muy importante en su vida.

Desde la Casa Real británica le advirtieron de que los medios de comunicación podían percatarse de este detalle y que se podía formar un gran revuelo con las interpretaciones que podían dar. Pero a ella le dio igual y no se lo quitó. Al contrario, lo lucía con orgullo sin importar lo que muchos pudieran pensar y sin tener en cuenta que Isabel II estaba en contra. Meses más tarde se confirmó que el duque de Sussex y la exactriz mantenían una relación. Si algo ha demostrado Meghan desde aquel momento y hasta hoy, es que los collares con guiños hacia personas especiales son uno de sus complementos preferidos. En los últimos tiempos ha lucido varios con los que ha lanzado indirectas tanto sobre su marido como sobre su hijo Archie Harrison.

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