La visita histórica de Emmanuele y Brigitte Macron (69 años) a los Países Bajos llega este miércoles a su fin, y con él el duelo de estilo entre la primera dama francesa y Máxima de Holanda (52 años). La mujer del rey Guillermo ha sacado toda la artillería (estilísticamente hablando) y se ha convertido a ojos de todos en la gran vencedora, con permiso de la elegancia y sobriedad por la que siempre aboga Brigitte.
Tras su aparición estelar en el Palacio Real de Ámsterdam con un impresionante vestido de gala en color rojo y tiara de perlas y diamantes, este miércoles Máxima retomaba su agenda al lado de la primera dama de Francia y tampoco defraudaba.
Ambas se han reencontrado a las puertas de la Casa de Ana Frank, un foco turístico como pocos donde han tenido la oportunidad de ver algunos de los detalles que reflejan como fueron los años que pasó ocultándose de los nazis en Ámsterdam. Cada una en su estilo, han protagonizado un vibrante contraste en rojo y azul que no ha pasado desapercibido para nadie.
Dado el éxito de ayer, Máxima ha vuelto a recurrir al rojo. En esta ocasión se ha decantado por un vestido de estampado confeti con transparencias y forro de color beige, pura inspiración para invitadas a partir de los 50. De largo midi, cuerpo ajustado y falda de vuelo, la Reina lo ha combinado con un abrigo, también de color rojo y complementos a juego.
Mucho más sencilla ha aparecido Brigitte Macron. La mujer de Emmanuele apostaba por su faceta working girl a través de un elegante traje de color azul compuesto por pantalón pitillo de tiro alto y blazer entallada con bolsillo que ha combinado con una blusa de color blanco. Cartera de mano y salones en negro ha sido el toque final a este look que nunca pasa de moda.
Máxima de Holanda, la mejor anfitriona para Brigitte Macron
Tras este encuentro cultural en el que ambas han presumido de buena sintonía, Máxima y Brigitte se han reunido con sus respectivos maridos y juntos han disfrutado de una comida privada que pone punto y final a este viaje cuyo objetivo ha sido afianzar las relaciones entre los países. Será esta misma tarde cuando los cuatro se dejen ver en la exposición de Vermeer. En la noche volverán a separarse... Mientras que los hombres presidirán un encuentro de negocios en el Rijksmuseum, ellas disfrutarán de una cena muy especial con un grupo de mujeres durante un crucero por los canales. La última oportunidad para comprobar qué nos tiene reservado la argentina para cerrar esta visita en la que ha actuado como perfecta anfitriona.