El viaje a Francia de los príncipes Federico y Mary de Dinamarca llega hoy a su fin, pero está siendo un recorrido repleto de citas por parte de las dos agendas reales, asistencias que están dando mucho que hablar sobre todo en lo que se refiere a los estilismos de la royal en su primera salida como regente de la reina Margarita. Muchos de ellos quedarán para el recuerdo.
Si ayer durante el día lluvioso que amaneció en París la princesa sorprendía con un vestido en tweed blanco reciclado, firmado por Max Mara, la esposa de Federico consiguió deslumbrar aún más en su evento nocturno. Tras pasar el día por separado, los príncipes volvieron a reunirse para asistir a una cena en el Ayuntamiento de París, ofrecida por el embajador danés, Michael Starbæk Christensen.
A la cita también se sumaron el príncipe Joaquín, hermano menor de Federico, y su esposa, la princesa Marie. Las dos parejas protagonizaron un cariñoso encuentro que demostró una vez más la perfecta sintonía que hay entre ellos. No faltaron los abrazos, los besos ni las risas, tanto entre hermanos como por parte de las cuñadas.
Para la ocasión, Mary optó de nuevo por el color azul. Se enfundó en un delicado vestido de encaje blanco con detalles en azul claro, con manga corta y con cuello perkins. Un diseño muy elegante, a la par que favorecedor, que completó con un cinturón fino a juego, una cartera de mano en raso y azul añil y unos zapatos de salón en el mismo tono.
En cuanto a sus joyas, la princesa optó por unos pendientes con forma de flor y una discreta pulsera, dos piezas que dejaron todo el protagonismo al gran pasador de diamantes que adornaba la parte baja de su recogido, un moño alto.
Su cuñada, por su parte, lució un vestido de Chritopher Kane con tintes más rockeros. El diseño, confeccionado en negro con bordados de hilo de plata y aplicaciones de guipur, dejaba clara la diferencia de estilos entre las dos royals. Marie se decantó por dejarse la melena suelta, adornada con unos pendientes también de brillantes en forma de hoja y unos zapatos de salón de purpurina negra.
Antes de la cena, los príncipes disfrutaron de la actuación de un coro femenino de voces danesas que les acompañó durante toda la velada con su música. El menú fue confeccionado por el distinguido Andreas Møller, chef que regenta el restaurante situado dentro de la Casa de Dinamarca.
Federico y Mary, como es habitual y durante este viaje se ha hecho aún más evidente, se han mostrado muy cómplices y confidentes en los actos que han protagonizado juntos. Un paso más de los príncipes que deja en evidencia que están listos para proclamarse reyes de Dinamarca.