En plena tormenta mediática por las fotos de su marido con Genoveva Casanova, Mary Donaldson (51 años) ha dado un paso al frente al reaparecer en un programa de la televisión danesa hablando abiertamente de la salud mental. La mujer del príncipe Federico se sincera con el médico y presentador Peter Qvortrup y habla por primera vez de que ella también sufrió un episodio de depresión, enfermedad que según la Casa Real ya habría superado. "La princesa heredera ha trabajado durante muchos años para combatir la depresión y centrarse en la salud mental", reza el texto que acompaña al vídeo promocional.
Esta desconocida revelación nos ha llevado a pensar en todos los miembros de las casas reales del mundo que sufren o han sufrido problemas de salud mental. Desde Masako, emperatriz de Japón, al príncipe Harry o Charlene de Mónaco, entre otros. Uno a uno, hacemos un repaso de las razones que les llevaron a padecer esta delicada enfermedad.
Masako de Japón, más de dos décadas de ansiedad y depresión
La vida de Masako cambió por completo cuando se comprometió con el príncipe Naruhito. El férreo protocolo de la Casa Imperial sumado a la presión por parir un heredero sumieron a una jovencísima Masako en un pozo de ansiedad y depresión. En 2004 la Corona habló por primera vez de "depresión" y seguidamente se retiró de la vida pública. "Todavía tiene altibajos", confesaba Naruhito en declaraciones de 2020, y es que aunque Masako intenta hacer frente a sus compromisos institucionales para apoyar el reinado de su marido no ha conseguido reponerse por completo.
Masako ha reconocido que hará "esfuerzos para recuperarse y así poder apoyar al emperador y cumplir con mi papel como emperatriz".
Charlene de Mónaco bautizada como "la princesa triste"
Aunque nunca ha confirmado públicamente haber sufrido depresión, el mismo día de su boda su gesto serio y sufrido daba la vuelta al mundo coronándola como "la princesa triste". Años después, fue su prima Christa Mayhofer-Dukor quien confesó en una entrevista que la sudafricana sufrió un aborto antes de dar a luz a sus mellizos, y esa pérdida la sumió en una profunda triste. "Estaba siempre con la mirada perdida, triste e incluso llegaron a pensar que nunca más se quedaría embarazada y no podrían dar un heredero al Principado", contaba.
Aunque consiguió reponerse de ese bache, su enfermedad a consecuencia de una infección bacteriana en 2021 la hundió. De ahí que con su regreso a Mónaco ingresara en una clínica privada en Suiza.
Charlene de Mónaco en una imagen de 2019
El príncipe Harry se sumió en una depresión tras la trágica muerte de su padre
Harry confesó abiertamente que tras la muerte de su madre su vida se sumió en un "caos" de ansiedad, ataques de pánico y depresión. "Mi forma de lidiar con ello era metiendo la cabeza en la arena. Negarme a pensar en mi madre", confesaba. Ya siendo un adulto, se puso en manos de profesionales que le ayudaron a afrontar la trágica muerte de Lady Di: "La terapia me ha preparado para poder afrontar cualquier cosa (...) Tampoco estaba en un ambiente que motivara a hablar de eso. Fue como... mejor quedarme callado".
La llegada de Meghan Markle le cambió la vida para siempre: ""Fue como si alguien hubiera tapado todas las emociones que había reprimido durante tantos años y de repente pasaron a un primer plano. (...) Al estar con Meghan supe que, si no iba a terapia y lo arreglaba, iba a perder a la mujer con la que quería pasar el resto de mi vida".
El príncipe Harry y Meghan Markle
Magdalena de Suecia cayó en el pozo a consecuencia del amor
La princesa Magdalena de Suecia es otra de las royals que cayó presa de una profunda depresión. La hija de Carlos Gustavo y Silvia estaba a punto de casarse con el abogado Jonas Bergström cuando se enteró que le había sido infiel. Fue tal su desconsuelo que se refugió en Nueva York para alejarse del foco mediático, escenario en el que conoció a su actual marido y padre de sus tres hijos.
Los problemas de salud mental también han salpicado a la familia real de Noruega. El pintor y escritor Ari Behn, exmarido de la princesa Marta Luisa, se quitaba la vida a los 47 años después de años batallando contra la depresión. Trágico final que también tuvieron Erika Ortiz, hermana de la reina Letizia, e Inés Zorreguieta, hermana de Máxima de Holanda.