Ha sido la imagen más vista de la semana y pasará a la historia, la de los reyes Felipe y Letizia manchados de barro, totalmente desencajados y saltándose todas las medidas de seguridad en Paiporta, una de las localidades valencianas más afectadas por la DANA. La tragedia tiene a todo el país desolado y los monarcas españoles se han volcado con la catástrofe. De hecho, tras visitar Valencia, han reaccionado de inmediato y ajustado sus agendas para centrarse en ayudar a los afectados y familiares de las víctimas.
Estos días, don Felipe y doña Letizia han ocupado muchísimos titulares dentro y fuera de nuestras fronteras, se ha criticado la visita de los Reyes a Valencia y también alabado, hemos leído y oído opiniones de todo tipo. Si fue o no acertada la decisión, si los monarcas fueron imprudentes o todo lo contrario. Desde Lecturas.com hemos querido analizar la situación con una experta en protocolo, a la que hemos planteado cinco grandes cuestiones en torno a la visita de los Reyes de España a Paiporta. ¿Se saltaron el protocolo? ¿Cuál ha sido su gran acierto? ¿Cómo afectará este suceso a la institución y su reinado? María José Gómez Verdú, experta en protocolo y etiqueta, nos ha dado todas las respuestas y analizado en profundidad lo que ha ocurrido.
La visita de los Reyes a Paiporta, ¿acierto o error?
"En cuanto a la oportunidad de la visita, es cierto que no era estrictamente necesaria y probablemente tampoco el momento más adecuado. Una visita al día siguiente de la catástrofe, o a más tardar dos días después, habría sido ideal. No obstante, cabe reconocer que los propios monarcas, ya en el terreno, tomaron conciencia de la gravedad de la situación, y fue entonces cuando el Rey decidió actuar de inmediato. Es indudable que el enfoque de la visita pudo haberse gestionado de otra manera, particularmente en lo que respecta a la llegada de la comitiva real. La presencia de numerosos vehículos de escolta y de seguridad parecía destinada no a ayudar a los afectados, sino a proteger a los Reyes y al Presidente del Gobierno. Esta imagen contrastó con la falta de recursos de emergencia en las zonas afectadas hasta ese momento, donde se requería urgentemente personal y apoyo logístico para asistir a los damnificados", nos explica la experta en protocolo.
A esto, María José Gómez Verdú añade: "En resumen, quizás lo más apropiado habría sido su presencia inmediata tras el incidente o, en su defecto, al segundo día".
Letizia, en Paiporta.
¿Se saltaron Felipe y Letizia el protocolo? Su único error
"El único protocolo que no fue seguido estrictamente fue el relativo a su seguridad, ya que el equipo de guardaespaldas recomendó a sus majestades abandonar el lugar ante la creciente tensión en el ambiente. Sin embargo, tanto el Rey como la Reina optaron por permanecer, demostrando un firme compromiso de lealtad y empatía hacia el pueblo", explica la experta.
Como experta en protocolo, Gómez Verdú matiza: "En un momento en el que la población necesitaba ser escuchada y que alguien reconociera la gravedad de la situación, los Reyes brindaron un ejemplo de cercanía y sensibilidad. Su imagen resultó significativamente fortalecida por la decisión de permanecer en el lugar, priorizando el contacto directo con la ciudadanía por encima de las recomendaciones de su equipo de seguridad.
Este enfoque realza el tono formal y el mensaje de compromiso de los monarcas con el pueblo".
¿Qué falló y por qué está siendo tan polémica esta visita?
"El aspecto que resultó menos acertado fue la llegada tardía de sus majestades, acompañados por un considerable despliegue de agentes de seguridad. La presencia de estos efectivos, destinados a escoltar la comitiva real, resultó desconcertante para la población, dado que, hasta ese momento, no se había percibido un apoyo significativo de personal de seguridad en las zonas afectadas. La expectativa de los ciudadanos era ver una movilización previa y sostenida de recursos y personal para asistir a las localidades impactadas por la tragedia, en lugar de que dicha movilización coincidiera únicamente con la llegada de la comitiva. La oportunidad de mostrar un respaldo efectivo habría sido mayor si el enfoque de la visita se hubiese centrado en facilitar y reforzar los esfuerzos de ayuda en el terreno, canalizando los recursos y personal hacia las necesidades apremiantes de los afectados", nos cuenta.
El papel del Rey y de la Reina, ¿debe ser distinto frente a este tipo de tragedias?
"El rol del rey y la reina en una situación de tragedia entre el pueblo suele complementarse, aunque en muchas monarquías modernas ambos pueden cumplir funciones parecidas en estos momentos de apoyo. Tradicionalmente, el rey suele encarnar la figura de autoridad y estabilidad en momentos de crisis. En una tragedia, su papel tiende a enfocarse en la representación de la fortaleza del Estado y en la transmisión de un mensaje de resiliencia. La presencia de un rey durante una tragedia suele interpretarse como un recordatorio de la continuidad y la cohesión de la nación, además de brindar un respaldo emocional colectivo a su pueblo", nos aclara.
El rey Felipe VI, desencajado en Valencia.
En cuanto al papel de la reina Letizia, la experta en protocolo deja claro: "La reina, por otro lado, suele simbolizar un rol de consuelo y cercanía más directa. Tradicionalmente, las reinas asumen el papel de “madre” de la nación, acercándose a las personas con gestos de apoyo que buscan empatizar profundamente con quienes sufren. De hecho la Reina comentó a una de las víctimas que tenía la misma edad de su hija, de ahí su rol más cercano como una madre".
"En conjunto, ambos roles son fundamentales para que la monarquía actúe como un símbolo de fortaleza, unidad y esperanza, proporcionando consuelo y solidaridad a la población en momentos de dolor", concluye.
El gran acierto de Felipe y Letizia en Paiporta
Para María José Gómez Verdú este gesto de los reyes Felipe y Letizia les ha reforzado. Cuando desde Lecturas.com le hemos preguntado si esta visita ha sido positiva para la institución su respuesta ha sido: "Sin lugar a dudas, la fortaleza de su imagen se reforzó precisamente al no retirarse y mantener la compostura en una situación tan desafiante. Observamos a los Reyes escuchar al pueblo, brindarles abrazos e, incluso, vimos a la Reina compartir su dolor, conmovida hasta las lágrimas. Este gesto los humanizó y los hizo mucho más cercanos, respondiendo a la necesidad de aquellos momentos: contar con alguien que los escuchara y comprendiera sinceramente su sufrimiento".