No es precisamente el mejor momento de su vida, y continúa sumando razones para que así sea. El príncipe Andrés, hijo menor de la reina Isabel II, acaba de protagonizar una nueva polémica después de haber estado varios días en el punto de mira tras el supuesto suicidio de su amigo Jeffrey Epstein el pasado 10 de agosto. Entonces tuvo que emitir un comunicado donde esclareció la relación que tenía con el millonario para desligarse de los escándalos en los que estaba implicado su colega.
Es probable que las tensiones de las últimas semanas hayan sido la causa de que el príncipe se haya dejado llevar por su mal carácter y haya vuelto a convertirse en protagonista de una nueva polémica. En esta ocasión, Andrés de Inglaterra se ha enfrentado a un ayudante real de alto rango en una discusión relacionada con las tareas que este podía o no hacer. El altercado tomó tal dimensión que su hermano Carlos se vio obligado a intervenir para apaciguar la trifulca y que no pasara a mayores.
"El duque se enojó mucho porque lo que él quería no era posible. Hubo palabras acaloradas en ambos lados, pero el altercado no fue de ninguna manera físico", publicaba el diario inglés The Express. De igual manera, el medio asegura que el hijo mayor de la reina Isabel le pidió a su hermano que se disculpara con el asistente, una petición que Andrés rechazó asegurando que "no había nada por lo que disculparse".
La imagen del príncipe Andrés vuelve a deteriorarse con este incidente. A pesar de que ha pasado unas vacaciones tranquilas intentando pasar desapercibido por la costa española, el ex de Sarah Ferguson, con la que se ha rumoreado durante semanas una reencuentro, muestra una vez un carácter nada acorde con las formas y el protocolo que la reina Isabel pide para su familia. Discreción, educación y templanza.