El 1 de enero era un día que Federico (55 años) y Mary de Dinamarca (51 años) tenían señalado en el calendario desde hace mucho tiempo. Cada Año Nuevo, la reina Margarita (83 años) organiza una gala en la que lleva a cabo una recepción al Gobierno y los representantes del país. Todas las miradas iban a estar puestas en ellos puesto que iba a ser su primera reaparición después de una Navidad en la que han intentado ser discretos tras el revuelo causado por las fotos que la revista Lecturas publicó en exclusiva del heredero paseando con Genoveva Casanova (47 años) por Madrid. Pero ha habido algo más. Esta ha sido la primera aparición del matrimonio después de que la actual soberana terminara el año anunciando su abdicación.
El pasado 31 de diciembre, la reina Margarita sorprendió a todos al anunciar que dejará el trono en favor de su hijo Federico de Dinamarca en tan solo unos días. “El 14 de enero renunciaré como reina”, fueron las palabras con las que anunció que a partir de entonces, será su hijo Federico el que reine en el país y su mujer Mary Donaldson pasará a ser reina consorte. Así que en esta cena de gala, todas las miradas se han posado en ellos puesto que ha sido su primer acto público después de que se supiera que en tan solo unos días Federico ostentará su nuevo título.
Los gestos de Federico y Mary de Dinamarca en su aparición más significativa
Federico y Mary de Dinamarca han llegado a la cena de gala juntos y sonrientes. El matrimonio, en una noche de lluvia, ha aparecido intentando transmitir fuerza y felicidad ante el momento que van a vivir en tan solo unos días. Mientras que en sus últimas apariciones antes de acabar el año se mostraron tensos y distantes, esta vez han intentado dejar atrás esos momentos para dar paso a una unión que su nuevo título va a requerir si lo que quieren es transmitir la fortaleza de su familia, que de alguna forma afecta a la imagen de la monarquía.
Eso sí, si miramos los gestos con detalle, a la llegada al evento tampoco ha habido miradas cómplices entre ellos ni gestos de especial cariño. El príncipe Federico ha esperado a Mary Donaldson hasta que ha bajado del coche para posar y entrar juntos al palacio, sonriendo y mirando con temple y fuerza a las cámaras. Pero más allá de estos, las miradas o los gestos de amor han quedado en un segundo plano.
El look de Mary Donaldson para la cena de gala de Dinamarca
Especial mención merece el vestido de Mary Donaldson para esta ocasión. La futura reina consorte de Dinamarca, ha elegido un look potente. Para la cena de gala, se ha decantado por un vestido de terciopelo en color burdeos, un tono de lo más elegante y con la suficiente fuerza como para convertirse en la gran protagonista. Además, ha llevado tiara.
Lo que tampoco ha pasado desapercibido ha sido su manicura. Un diseño de uñas en color rojo ha sido su elección para también derrochar fuerza, elegancia y personalidad a través de sus manos. Son pocas las royals que sucumben a manicuras tan potentes como estas y para una ocasión tan señalada, ella no lo ha dudado dos veces.
Margarita de Dinamarca, tranquila y feliz en el evento
Por su parte, la que se ha mostrado feliz y calmada, ha sido Margarita de Dinamarca. La reina ha llegado al evento saludando con total tranquilidad. Un acto que ha supuesto el primero de los que le quedan por delante a modo despedida de aquí al 14 de enero.