Que cuando algo le interesa está dispuesta incluso a saltarse las normas, es algo que quedó claro desde que la reina Letizia (51 años) llegó a la familia real. Ya en su presentación oficial como futura princesa de Asturias, interrumpió al por entonces príncipe Felipe en un gesto que fue de lo más comentado. Algo con lo que de algún modo ya advirtió que, cuando lo considerara necesario, se saltaría las normas. Y más cuando se tratase de algo relacionado con su gente.
Porque la reina Letizia es una mujer leal. Así lo demuestran algunas cuestiones como que mantiene amigas muy fieles de su etapa anterior como periodista y de su actual etapa como miembro de la realeza. También que está dispuesta a todo para blindar a sus hijas lo máximo posible en la medida de lo que sus papeles de princesa e infanta lo permiten. Y otra forma en la que lo deja claro, es que es capaz de romper lazos con familiares cuando considera que algo no le hace bien, incluso si se trata del rey Juan Carlos o la infanta Cristina.
Para poner por delante esta lealtad, ha habido veces que se ha saltado las reglas que marca el protocolo al que tiene que responder por el hecho de ser reina. La última, tuvo lugar el pasado fin de semana con su aparición sorpresa en la firma de libros de su amiga Sonsoles Ónega.
La sorpresa de la reina Letizia a su amiga Sonsoles Ónega
La reina Letizia apareció en unos conocidos grandes almacenes cuando nadie lo esperaba. Esta aparición no estaba prevista en su agenda oficial, ya que formaba parte de la privada. Sabiendo que su buena amiga Sonsoles Ónega firmaba ejemplares de su libro, no dudó en acercarse hasta el centro de Madrid para darle una sorpresa.
La reina Letizia esperó 40 minutos de cola hasta llegar hasta la presentadora, con la que rompió todo el protocolo. En un encuentro en el que se pudo percibir bien la relación de amistad que hay entre ellas, no faltaron los abrazos, las sonrisas, las miradas cómplices o la dedicatoria que Sonsoles le hizo a Letizia y con la que desvelo el apodo por el que le llama cariñosamente, que no es otro que ‘Let’. Un momento en el que quedó claro que cuando se trata de apoyar a su amiga, no lo duda dos veces y se salta lo que haga falta.
El rifirrafe de la reina Letizia con Sofía en la Catedral de Palma por sus hijas
En su encuentro con Sonsoles Ónega, la reina Letizia dio muestra de su lado más amable. Algo muy diferente a lo que ocurrió en el rifirrafe que tuvo con la reina Sofía en la Catedral de Palma de Mallorca. Fue en el año 2018 cuando dieron la vuelta al mundo las imágenes de la reina Letizia impidiendo que su suegra se hiciera una foto con la princesa Leonor y la infanta Sofía.
En lugar de dejar que doña Sofía se fotografiara con sus nietas, la reina Letizia se puso delante de un modo en el que los fotógrafos no podían tomar la foto. Un momento repleto de tensión en el que Letizia se salto las reglas para poner por delante lo que ella consideraba correcto para sus hijas en esos momentos. Pese a saber que las imágenes podían dar la vuelta al mundo y podían convertirse en una de las más comentadas de la historia de la familia real.
El mensaje de apoyo de la reina Letizia a su ‘compi yogui’ Javier López Madrid
Otro de los gestos más destacados con el que la reina Letizia no dudó en saltarse las normas, fue el mensaje que habría mandado a su amigo Javier López Madrid, investigado en el famoso caso de las tarjetas Black. Amigo de don Felipe y compañero de yoga de doña Letizia, los monarcas le habrían mostrado su apoyo en esos momentos. Lo más sonado fue cuando vio la luz el supuesto mensaje que Letizia le había mandado.
Sobre el texto que la reina Letizia le habría dirigido a Javier López Madrid tras saberse que él estaba siendo investigado, ella habría escrito en un grupo de chat que “te escribí cuando salió el artículo de las tarjetas en la mierda de LOC y ya sabes lo que pienso, Javier. Sabemos quién eres, quiénes somos. Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos… lo demás, merde. Un beso compi yogui ('miss you!!!’)”. Unas palabras que causaron muchísimo revuelo. Pero pese a saber que si estos mensajes veían la luz su imagen se podía ver afectada, doña Letizia no habría dudado a la hora de mandarlo.