Kate Middleton estaba viviendo el día más feliz de su vida al mismo tiempo en el que, sin saberlo, se convertía en la culpable de la ruptura entre el príncipe Harry y Chelsy Davy. El duque de Sussex y Chelsy acudieron por separado a la boda de los duques de Cambridge. En aquel momento su noviazgo no pasaba por el mejor momento. Pero no era la primera vez que se daban un tiempo en su relación y todo el mundo pensaba que, como otras tantas veces, la retomarían.
Pero hubo algo en Chelsy que hizo que rompiera definitivamente con el que había sido su pareja durante años. El motivo por el que decidió cortar por completo con Harry fue el impacto que le causó la boda entre Kate Middleton y el príncipe Guillermo. Cuando vio la repercusión que había tenido el enlace, la cantidad de comentarios a los que se había sometido Kate y el cambio de vida que estaba sufriendo, se asustó. Fue el momento en el que aclaró sus ideas y priorizó su privacidad ante la exposición pública y ante todo lo que implica formar parte de la familia real.
Así lo ha desvelado una experta en la familia real británica que ha comentado que “aunque tenían mucho en común, ella se dio cuenta de que venían de mundos tan diferentes que su relación nunca podría haber funcionado, sobre todo por lo que ella protegía su privacidad”. Al príncipe Harry no le quedó más remedio que aceptar que la boda de su hermano le abrió los ojos a su novia. El duque de Sussex incluso se mostró comprensivo.
Tanto es así que después de romper para siempre, han continuado manteniendo una buena relación. De hecho Chelsy fue una de las invitadas de la boda de Harry y Meghan. Con el paso del tiempo y viendo la exposición pública que sufre la duquesa de Sussex en su día a día y la cantidad de críticas que recibe, es posible que Chelsy se haya reafirmado en su decisión de haber puesto punto y final a su relación.