James Middleton da su entrevista más sincera: "Kate y Pippa fueron figuras maternas para mí"

El hermano de Kate Middleton no ha tenido problemas a la hora de abrirse por completo sobre cómo fue su infancia y cómo vive a día de hoy

Pablo Sánchez
Pablo Sánchez

Periodista especializado en corazón y actualidad

James Middleton con sus perros

James Middleton paseando a sus perros por Londres

Gtresonline

Aunque todos conocemos a su hermana más famosa, Kate Middleton (43 años), a la perfección, la Princesa de Gales también tiene dos hermanos con los que siempre ha mantenido una estrecha relación. Hablamos de Pippa Middleton y de James Middleton (38 años), joven que no siempre lo ha tenido igual de fácil que sus hermanas ya que, como recuerdan en ‘El País’, este tuvo que luchar con la dislexia y un déficit de atención no diagnosticado durante su temporada como estudiante en el internado Marlborough. James se abrió sobre diferentes episodios de su vida el año pasado en un intenso libro pero ahora acaba de hablar sobre cómo fue su infancia junto a Kate en una reciente entrevista.

James Middleton se abre sobre sus hermanas

En su última charla con la versión británica de ‘¡Hola!’, James Middleton ha querido mostrar cómo es su día a día en la granja en la que vive, sacando a relucir su lado más familiar. Y es que también ha hablado sobre su familia y la relación que le une con sus hermanas mayores, asegurando que veía a ambas como “figuras maternas” cuando era más joven. “Bromeo diciendo que de pequeño tuve tres madres; tuve a mi madre y a mis dos hermanas, que fueron figuras maternas para mí. Fui muy afortunado. Tuvimos una infancia fantástica y me incluían en todo lo que hacían, y lo siguen haciendo. Ahora tengo más de 30 años y seguimos manteniendo esa amistad”, declara James.

Ahora parece que el hermano de Kate vive una vida de ensueño en una granja en la campiña de Berkshire junto a su mujer, Alizée, y su hijo de 18 meses, Inigo, a los que acompañan los seis perros de la familia, que viven felices en este paraje situado en la misma zona en la que James creció, estando rodeados de bosques y de naturaleza, aunque también "tenemos la suerte de disponer de siete pubs en un radio de menos de dos kilómetros”, bromea el joven.

James Middleton y Alizée Thevenet,

James Middleton y Alizée Thevenet,

@jmidy

Algo destacable es que sus padres, Carole y Michael, viven a 5 minutos de ellos, por lo que este tiene también a sus progenitores muy cercanos y presentes en su vida, algo que agradece: "Somos una familia muy unida y tenemos la suerte de vernos un montón. En ese sentido, mis padres desempeñan un buen papel a la hora de juntarnos a todos... nos han inculcado que la familia no se puede dar por sentada. No puedes elegirlos, como sí puedes elegir a tus amigos, pero no creo que puedas renunciar a tu familia como a veces ocurre con los amigos".

Y en esta familia también entran sus perros, asegurando que sus hermanas son igual de apasionadas por ellos, aunque él está “en otra escala de pasión”, comenta en esta entrevista, expresando que el príncipe Guillermo también tiene “un gran cariño por los perros. De niño, mantuvo una relación muy estrecha con un labrador negro llamado Wigeon, así que conocía el poder de los perros”.

El peor capítulo en la vida de James Middleton

Y este amor es algo que pudimos comprobar en el último libro de James, 'Meet Ella: The Dog Who Saved My Life' ('Conoce a Ella: la perra que me salvó la vida'), donde quiso abrirse sobre detalles de su vida privada y en cuya portada aparece junto a una cocker spaniel negra. En este libro James quiso hablar sobre cómo consiguió salir de la depresión, algo que consiguió gracias a su perra Ella, a la que adoptó de la camada de un amigo de la Universidad de Edimburgo.

A mis padres les resultaba difícil hablar conmigo sobre mi salud mental, porque creían que me conocían mejor que yo mismo. Sus intenciones eran amables y me apoyaron muchísimo, pero se resistían a la terapia y su mayor preocupación era que me volviera dependiente de los antidepresivos”, se puede leer en las páginas de este libro, afirmando que “los perros nunca me juzgaron”, lanza.

Cuando James buscó además ayuda profesional le diagnosticaron depresión clínica y TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), algo que no terminaron de llevar bien sus padres. “Mis padres se sentían incómodos con el hecho de que me hubieran etiquetado como ‘clínicamente deprimido'. Para la gente de su generación, puedo entender por qué era preocupante. La sociedad acaba de empezar a romper con el estigma. Sin embargo, Kate y Pippa lo entendieron”, siendo su perrita Ella quien lo acompañaba a terapia.