Tras cancelar el almuerzo que había organizado con todos sus seres queridos para el próximo martes 21 de diciembre, Isabel II se ha visto obligada a tomar la decisión más dolorosa de todas: suspender las celebraciones navideñas en Sandringham. Por segundo año consecutivo, la monarca no viajará hasta su residencia situada en Norfolk, al norte de Londres, donde tradicionalmente pasa estas fiestas, sino que se quedará en el castillo de Windsor, su residencia actual, según han confirmado a diversos medios ingleses fuentes del Palacio.
Una más que complicada decisión que Isabel II ha tomado después de una “cuidadosa consideración” como medida de preocupación ante el coronavirus. Eso sí, en las que van a ser las primeras fiestas sin el duque de Edimburgo, la soberana no va a estar sola, sino que va a recibir las visitas de sus seres queridos durante este periodo festivo. Para ello, el palacio de Buckingham seguirá “las pautas apropiadas”.
En un principio, estaba previsto que la reina Isabel II viajara hasta Sandringham este miércoles. Asimismo, se esperaba que también lo hicieran los príncipes Carlos y Camilla de Cornualles, los duques de Cambridge junto a sus hijos, el príncipe Andrés o la familia del príncipe Eduardo y Sophie Wessex. No obstante, finalmente los planes van a ser muy distintos, ya que la monarca permanecerá en Windsor.
La pasada Navidad fue la primera en más de 30 años que Isabel II no pasó en Sandringham. No obstante, en aquella ocasión la reina de Inglaterra estuvo acompañada por su marido, el príncipe Felipe, con quien se quedó en el castillo de Windsor. Este año, por lo tanto, serán unas fiestas todavía más dolorosas porque, además de no desplazarse hasta el lugar, las vivirá sin la presencia del duque de Edimburgo, quien falleció el pasado 9 de abril a los 99 años. Una ausencia que seguro, marca estos días de fiestas, en una Navidad que no va a ser fácil para la soberana.