No van a ser una Navidad fácil para Isabel II. La monarca hace frente a sus primeras fiestas sin el duque de Edimburgo. Una terrible ausencia que tampoco podrá llenar con el resto de su familia, ya que, en una decisión muy dolorosa, la soberana ha cancelado el almuerzo que había organizado con todos sus seres queridos para el próximo martes 21 de diciembre. Todo estaba preparado en el castillo de Windsor para este momento, en el que se iban a juntar aproximadamente 50 personas, pero finalmente las restricciones por la crisis del coronavirus han alterado todos los planes.
Según ha publicado la revista ‘Hello!’, el palacio de Buckingham ha decidido cancelar esta reunión familiar ya que, de hacerse, podría poner en riesgo a muchas personas. Lo cierto es que Isabel II iba a estar muy bien rodeada en este almuerzo navideño, en el que iban a participar desde el príncipe Carlos y Camilla de Cornualles hasta los duques de Cambridge junto a sus hijos, pasando por otros miembros de la familia con Beatriz de York o Zara y Mike Tindall.
Una cancelación que va a marcar una Navidad ya de por si extremadamente difícil para Isabel II. Por primera vez en más de 70 años, la soberana vivirá las fechas sin la compañía del príncipe Felipe de Edimburgo, quien falleció el pasado 9 de abril a los 99 años de edad.
Una ausencia que marcará estos días. Con su socarronería y ocurrencias, el duque era una de las personas que más alegraba a la monarca, más durante estas fechas tan señaladas. Sin él, nada será del todo igual. Ahora a Isabel II le queda solo la melancolía y honrar su memoria en las celebraciones que sí que va a poder llevar a cabo.
Al contrario del pasado 2020, cuando celebró la Navidad solo junto al duque en el castillo de Windsor, Isabel II se va a desplazar hasta Sandringham para reunir a sus hijos, nietos y biznietos en Nochebuena. Con Harry y Meghan como los grandes ausentes, la familia también acudirá al servicio religioso que tiene lugar en el interior de la iglesia de Sant María Magdalena, ubicada en esta residencia, el día de Navidad y escucharán su tradicional discurso de Navidad. Tampoco faltará en esta ocasión el intercambio de regalos tontos en el salón rojo. Todo en unas fiestas que tendrá un sabor agridulce para la monarca.