La publicación de las fotografías de Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia en exclusiva en 'Lecturas' ha supuesto una auténtica revolución. Si el exduque de Palma reaparecía veinticuatro horas después de que las imágenes vieran la luz, de momento su actual pareja, la infanta Cristina, ha optado por permanecer completamente desaparecida. Residente en Ginebra, donde además teletrabaja, la hermana del rey no ha dado la cara tras el estallido de la polémica. A su lado, únicamente una persona: Irene, su hija pequeña.
Irene Urdangarin se ha convertido en el único apoyo cercano de la infanta Cristina. La benjamina del clan es la única que todavía reside en Ginebra junto a su madre. Si en un primer momento, cuando cambiaron de residencia para instalarse en Suiza, eran los cuatro hijos de la pareja los que se encontraban junto a la infanta, los diversos caminos que han ido cogiendo Juan, Miguel y Pablo han hecho que ya solo Irene sea la única que sigue residiendo junto a su madre.
Tras la publicación de las fotografías de de Urdangarin junto a Ainhoa Armentia, la familia del exjugador de balonmano ha optado por el silencio. Todos excepto Pablo Urdangarin, convertido en portavoz extraoficial y encargado de enfrentarse a diario a la prensa. Ni rastro de la infanta y tampoco de su hija Irene. ¿Cuál es su rutina en Ginebra? ¿Estarán diseñando una aparición conjunta en el momento adecuado?Fuentes cercanas a la infanta aseguran que no pasa por su mejor momento.
Iñaki Urdangarin a su llegada al despacho de abogados tras la publicación de sus fotografías con Ainhoa Armentia
Pablo Urdangarin, el mejor portavoz
Si ha habido una figura que se ha llevado el aplauso unánime a lo largo de los últimos días, este ha sido Pablo Urdangarin. El hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin respondía a la prensa tras la publicación de las imágenes en 'Lecturas' y lo hacía con total naturalidad y educación. “Son cosas que pasan”, afirmaba dejando claro que la situación estaba más que controlada de puertas hacia dentro. Su templanza contrasta con el nerviosismo de su prima Victoria Federica al ser preguntaba o el silencio absoluto de la infanta Elena en sus diversas apariciones públicas.