La infanta Elena ha decidido hacer un alto en sus deseadas vacaciones en Palma de Mallorca. La hermana mayor del rey Felipe VI no ha dudado en cogerse un avión hasta Madrid para inaugurar la Casa Paralímpica de España, que se ha instalado en el palacio de los duques de Pastrana con el objetivo de que todos aquellos seguidores puedan seguir todo lo que sucede en los Juegos Paralímpicos 2020 de Japón.
Vestida con la equitación del equipo español y con su tradicional sombrero como complemento, la infanta Elena presenció la ceremonia de comienzo en Tokio y también asistió al encendido simbólico de un pebetero que se ha encendido en el lugar. Un acto en el que coincidió con Antonio Rebollo, el arquero que iluminó la llama de los Juegos de Barcelona de 1992 mientras, en las gradas, la duquesa de Lugo no podía contener las lágrimas.
Cabe recordar que la hija mayor de los reyes Juan Carlos y Sofía es presidenta de honor del Comité Paralímpico Español desde que se fundó en 1995, por lo que no es de extrañar que haya hecho un alto en sus vacaciones para apoyar una causa tan importante para ella.
La infanta Elena aterrizó la pasada semana en Palma de Mallorca para pasar unos días junto a su madre, la reina Sofía, y su tía la princesa Irene en el palacio de Marivent. Desde hace años, la duquesa de Lugo evita coincidir en el lugar con don Felipe y doña Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Por ello, mientras que los reyes estuvieron en la isla, la hija mayor de don Juan Carlos y doña Sofía aprovechó para pasar unos días junto a la familia de Iñaki Urdangarin y su hermana, la infanta Cristina, en Bidart, donde ambas fueron fotografiadas juntas. Antes y coincidiendo con el primer aniversario de su marcha, la infanta Elena había aprovechado para visitar a su padre en Abu Dabi.