El verano de la infanta Elena está siendo de todo menos tranquilo. Poco o nada quedan de aquellas vacaciones en las que toda la familia real se reunía en el palacio de Marivent y disfrutaba de salidas al club Náutico o divertidas veladas nocturnas. Ahora, con cada miembro en un lugar del mundo es la primogénita de don Juan Carlos y doña Sofía la única que ha gozado de unos días de desconexión con (casi) todos los miembros a excepción de don Felipe y doña Letizia.
Fue la semana pasada cuando los Reyes ponían punto y final a su periplo por la isla balear para dar inicio a sus vacaciones privadas antes de la inminente marcha de Leonor a Gales. La infanta Elena ha aprovechado la ocasión para viajar a Marivent y así disfrutar de unas semanas de descanso junto a la reina Sofía y la princesa Irene de Grecia, delicada de salud.
Tal y como informaba La Razón, la infanta llegaba a Mallorca en la tarde de este miércoles aunque no pueden confirmar si aterrizó sola como el año pasado o en compañía de alguno de sus hijos. Lo que es más que evidente es que la estancia de Elena en Palma será de lo más discreta y se limitará a acompañar a su progenitora, que lleva instalada en la isla todo el mes.
Esta promete ser la última parada de un recorrido que ha llevado a la hermana de Felipe VI a Abu Dabi, junto a don Juan Carlos justo cuando se cumple un año de su marcha, y a Bidart (País Vasco) con su hermana, la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin y sus sobrinos. Con esto queda patente que doña Elena es la única que intenta tender puentes entre todos ellos a excepción de Letizia y Felipe, con los que la relación es prácticamente inexistente.