Un experto en comunicación analiza a la infanta Elena, que cumple hoy 61: "Ha transitado hacia una figura híbrida"

Hoy es un día de celebración para la infanta Elena. La hija mayor de los reyes Juan Carlos y Sofía cumple 61 años en un año cargado de emociones en el que ha dado un paso al frente. Y es que no es un secreto para nadie que este 2024 ha sido el momento de la madre de Victoria Federica para reclamar su puesto como miembro de la familia del rey.

Hace ya años que las infantas Elena y Cristina quedaron fuera de la agenda de la Casa Real. La cisma familiar entre el monarca y sus hermanas estaba en pleno apogeo y los reyes querían alejarse de toda polémica por el bien del futuro de la institución. Una decisión que le sentó especialmente mal a su hermana mayor, la más implicada en todo lo relacionado con la Casa Real. 

Desde aquella época, la asistencia de Elena a actos institucionales ha estado totalmente limitada a algunos eventos muy concretos. No obstante, este año todo cambiaba. La madre de Froilán volvía a la agenda oficial de la Corona para la entrega de premios de la XXXIII edición del Concurso de Pintura Infantil y Juvenil para Centros Escolares de Patrimonio Nacional.

Aunque podría parecer una simple conveniencia para cubrir a la reina Letizia durante su viaje a Guatemala, tenía un significado mucho más profundo: las aguas entre los hermanos Borbón empezaban a calmarse. Este acercamiento ya se intuía meses antes, cuando hubo un cónclave de toda la familia para celebrar el 60 cumpleaños de la infanta. Y que acabó por confirmarse cuando Felipe y Cristina acudieron juntos a la boda en coche y los tres hermanos se tomaron una foto con los novios.

El cambio de actitud de la infanta Elena en su mejor año

Por si este giro en la dinámica entre Elena y la Casa Real no fuera suficiente, este año también hemos podido ver a una infanta mucho más relajada, cercana y habladora. La expareja de Jaime de Marichalar ha hecho gala de sus mejores encantos y nos ha deleitado con una faceta suya que hacia tiempo que no veíamos. Por ejemplo, la vimos sonriente y cómplice con su madre y hermana en la boda de Teodora de Grecia, hija del rey Constantino III, hermano de la reina Sofía, con el abogado estadounidense Matthew Kumar.

También, semanas más tarde, la vimos con una actitud muy sociable en el Rastrillo Nuevo Futuro. Organizado por su prima, Simoneta Gómez-Acebo. La cuñada de la reina Letizia no dudó en curiosear en varios de los 30 puestos con todo tipo de productos, como muebles, objetos de decoración, moda, arte o gastronomía, y charlar con los artesanos. Pero, lo más sorprendente, es que la infanta se animó a hablar con la prensa, donde ha contado cómo pasará la Navidad. ¡Y aún más! Se animaba a revelar un plan de su madre y también se pronunciaba sobre la catástrofe de la DANA.

Además, hemos podido verla en un estilo muy informal en el mercadillo solidario en el Hotel Wellington de Madrid, cuya finalidad es la de poder recaudar dinero para la Asociación adELA, una entidad sin ánimo de lucro que quiere mejorar la calidad de vida de los afectados por la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). La infanta acudía como voluntaria, junto con Teresa Urquijo, para participar en estas donaciones.

Elena, ataviada con un polo con el logo de la organización, nos dejaba de piedra al verla en una actitud muy espontánea y corriente. La tienda frente a la que sitúo era un puesto de dulces con delicias como roscón de reyes o bizcochos de sabores. Todas estas señales indican que la infanta Elena ha vivido uno de sus mejores años públicamente, ya que ha recuperado parte de la posición que perdió hace ya más de una década. 

Juanfran Velasco, experto en comunicación, destapa las claves del paso al frente de la infanta Elena

Para entender mejor esta evolución que ha llegado a su broche de oro este año, desde Lecturas.com hemos hablado con Juanfran Velasco, experto en comunicación, para conocer las claves de este paso al frente. "La infanta Elena ha transitado hacia una figura híbrida entre lo institucional y lo social-mediático. Aunque sigue participando ocasionalmente en actos de carácter oficial, su presencia es más notable en eventos de interés personal, como estrenos de cine, photocalls o actividades relacionadas con sus aficiones", ha analizado el experto.

Esta selección tan concreta de sus eventos "ha permitido que mantenga una cierta relevancia pública sin someterse estrictamente al protocolo real". ¿Y cómo lo ha hecho? Con una gran estrategia basada en distintas claves. La primera ha sido la construcción del personaje. La hermana de Felipe "ha evolucionado hacia un perfil más desenfadado, convirtiéndose casi en un personaje mediático. Su amistad con figuras como la drag queen Nacha la Macha y su apertura hacia entornos más modernos y diversos demuestran una actitud más accesible y acorde con los tiempos actuales", ha señalado Velasco. Esto le ha permitido una autonomía pública en la que Elena se siente muy cómoda.

La otra faceta del año de la infanta Elena

Parece que la infanta Elena se propuso disfrutar de este nuevo año y empezar una nueva etapa como figura pública. Eso sí, como en todo en la vida, también ha tenido que hacer frente a algunas polémicas, sobre todo las vinculadas con su padre, el rey Juan Carlos. Las conversaciones del emérito con Bárbara Rey y las imágenes de ambos en la casa de la exvedette daban la vuelta al mundo y reavivaban una situación que parecía solucionada hace tiempo.

 Precisamente sobre los entresijos de las infidelidades del emérito habló Pilar Eyre en el blog de la revista Lecturas y en 'Tarde AR'. La periodista revelaba cuándo se enteraron las infantas Elena y Cristina y el rey Felipe VI de las deslealtades de su padre y el ultimátum que el marido de Letizia lanzó a su padre. Y no solo eso. La escritora sacaba a la luz informaciones que no sabíamos sobre la infancia de las infantas. 

Pilar afirmaba que "las infantas han estado muy desasistidas cuando eran pequeñas". Una sentencia rotunda que deja claro que la niñez de las hermanas no fue idílica. "Eran tanto las peleas entre el matrimonio y tal era su voluntad de convertirse en los mejores reyes, que desasistieron bastante a las hijas", destapaba.

Tal habría sido la desasistencia hacia sus hijas, que "Elena tuvo que contar con asistencia psicológica. A las sesiones la acompañaba Sabino", ha contado la periodista, refiriéndose a Sabino Fernández Campo, quien fue secretario y jefe de la Casa de Su Majestad entre 1977 y 1993. A pesar de todo, la infanta Elena no ha permitido que nada haya empañado su año.